Un análisis realizado en la Universidad de Tohoku (Japón) encontró que las rutinas de ejercicio planificadas —como entrenamientos aeróbicos y de resistencia— ofrecen mayores beneficios anti-envejecimiento epigenético que la actividad física casual. Aunque caminar sigue siendo útil, el ejercicio estructurado podría ser más efectivo para reducir la “edad biológica” de las células.
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