La Alcaldía de Bogotá ha anunciado que no permitirá la reubicación colectiva de la comunidad indígena Emberá asentada en la UPI La Rioja, en la capital. Esta decisión se da tras la solicitud del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (IDIPRON) de desalojo de más de 300 integrantes de esta población.
La alcaldía no reubicará a los Emberá
Según el secretario de Gobierno, Gustavo Quintero, la medida responde a que el sitio presenta “graves riesgos estructurales, sanitarios y de seguridad”. El Distrito ofrece como alternativa el retorno a los territorios de origen de la comunidad, o bien reubicaciones individuales, pero ha descartado la posibilidad de disponer un asentamiento colectivo permanente en Bogotá para este grupo étnico.
La administración señala que la UPI La Rioja no es un resguardo indígena y que los asentamientos colectivos de carácter permanente en ese tipo de espacios no son viables. Además de ello, las condiciones del predio están declaradas de riesgo por la Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (IDIGER) y un fallo del Tribunal Administrativo de Cundinamarca ordenó la evacuación urgente de ese espacio.
Como medida intermedia, el Distrito ofrece arrendamientos temporales para quienes desean permanecer en Bogotá mientras deciden su permanencia o retorno. El reto ahora consiste en manejar la transición y garantizar que los derechos de las niñas, niños, adolescentes y familias de la comunidad Emberá sean respetados en todo este proceso. La decisión marca un cambio de rumbo en la política de la ciudad hacia el manejo de asentamientos colectivos de comunidades indígenas desplazadas, y abre un debate sobre la mejor manera de integrar o reubicar estas poblaciones sin afectar su identidad, autonomía y derechos fundamentales.



