13 de noviembre de 2025
En una época marcada por las normas tradicionales del cortejo, una caricatura estadounidense de los años treinta encendió una chispa de cambio. El Día de Sadie Hawkins, celebrado cada mes de noviembre, nació en 1937 dentro de la tira cómica Li’l Abner, creada por el dibujante Al Capp, y con el tiempo se convirtió en un símbolo de empoderamiento femenino y libertad sentimenta
La historia original contaba las desventuras de Sadie Hawkins, una joven que, a sus 35 años, seguía soltera en un pueblo donde las mujeres debían esperar a ser elegidas. Cansado de verla sin pretendientes, su padre organizó una competencia inusual: un día en que todas las mujeres podían “perseguir” al hombre que quisieran como pareja.
Lo que comenzó como una broma dentro del cómic pronto traspasó las páginas de los periódicos y se convirtió en un fenómeno cultural en Estados Unidos.
Durante las décadas de 1940 y 1950, escuelas y universidades comenzaron a organizar el popular “Sadie Hawkins Dance”, un baile en el que las chicas invitaban a los chicos, invirtiendo los papeles sociales de la época. Era una manera divertida y valiente de romper las reglas, dando espacio a una nueva forma de igualdad.
Estos eventos, en su sencillez, representaban un cambio silencioso pero significativo: las mujeres podían elegir, actuar y expresar sus sentimientos sin esperar el permiso de nadie.
Con el paso del tiempo, el Día de Sadie Hawkins dejó de ser solo un baile para convertirse en un gesto simbólico de libertad y confianza. Hoy, en muchas partes del mundo, se recuerda como una jornada que celebra la autenticidad y la iniciativa femenina, invitando a reflexionar sobre los avances sociales y los caminos que aún quedan por recorrer en materia de igualdad.
Más allá del humor con el que nació, esta fecha continúa inspirando a quienes creen que los sentimientos verdaderos no entienden de tradiciones ni de roles preestablecidos.
Porque a veces, el amor —como la valentía— empieza con un solo paso, y ese primer paso también puede darlo ella.





