El transporte público en Popayán se ha convertido en una de las principales fuentes de inconformidad ciudadana. Cada día son más las quejas por la escasez de buses, las rutas limitadas y el mal estado de los vehículos que aún prestan servicio. Lo que debería ser un medio eficiente, accesible y digno para la población, se ha transformado en un problema que afecta la movilidad y la calidad de vida de miles de payaneses.
En varios sectores de la ciudad, especialmente en los más alejados, es casi imposible encontrar un bus que cubra las rutas completas. Los pocos que circulan pasan con poca frecuencia, lo que obliga a los usuarios a esperar largos periodos o a buscar alternativas más costosas, como taxis o motocicletas. Sin embargo, estos medios no siempre son una opción viable para todos, ya que el transporte público debería ser precisamente la alternativa más económica y segura para desplazarse.
A esta problemática se suma el mal estado de la flota actual. Muchos buses son verdaderas chatarras, con años de uso y escaso mantenimiento. Los ciudadanos denuncian que las sillas están rotas, las ventanas no cierran y el humo de los motores contamina el aire de las calles. Además, la falta de control y de inversión en la modernización del sistema refleja un abandono preocupante por parte de las autoridades competentes.
Resulta contradictorio que, en una ciudad de tamaño medio como Popayán, donde los taxis y las motos aún tienen tarifas relativamente bajas, el servicio público de buses sea tan deficiente. Un transporte eficiente no solo facilita la movilidad, sino que también impulsa la economía y mejora la seguridad. Es urgente que la administración municipal escuche las voces de los ciudadanos, revise las rutas, exija mejores condiciones a las empresas transportadoras y promueva una renovación de la flota. Popayán merece un sistema de transporte digno, moderno y funcional, a la altura de las necesidades de su gente.




