El amor, la constancia, el compromiso y la solidaridad son los ingredientes que los gestores del Comedor Comunitario ‘Creeser’, de la Fundación SIDOC, utilizan día a día para beneficiar a los habitantes de la Comuna 2, en Cali.
200 niños y 70 habitantes, entre ellos adultos mayores, personas en situación de calle y migrantes son quienes encuentran en este lugar una esperanza de vida.
«Son 7 años sirviéndole a la comunidad, tenemos una bonita red de apoyo conformada por tres gestoras y un gestor comunitario», sostuvo una de las gestoras comunitarias del comedor, Angélica Realpe.
«En este sector hay mucha vulnerabilidad, entonces las personas no solo buscan un plato de comida, sino que aquí también entregamos una gran oferta institucional del sector público-privado», anotó.
«Actualmente estamos sensibilizando a los niños y a los jóvenes sobre el cuidado del medio ambiente, a través de la construcción de una huerta comunitaria en donde aprovechamos los residuos orgánicos para realizar compostaje, para la siembra de plantas aromáticas, frutas y hortalizas, las cuales utilizamos en la preparación de los alimentos», puntualizó la gestora.
Este comedor cuenta con la minuta y la adecuada manipulación de los alimentos, sus beneficiarios siempre expresan que encuentran una atención con amor y exquisita sazón.
A través de la cultura y la pintura, los niños, niñas y adolescentes estudiantes del sector de Alto Menga están plasmando en un cuadro toda la biodiversidad que encuentran en su entorno, como las aves, las flores, los colores de las frutas, los riachuelos y quebradas, el ‘jeepeto’ que transporta los alimentos y su bonita huerta, como homenaje a la COP16.
Es así como desde los comedores comunitarios se promueve el cuidado por el medio ambiente, porque la entrega de alimentos se convierte en una excusa para reconstruir el tejido social en Cali.
