Todos los seres vivos dependemos del agua. Nuestro planeta, la Tierra, también es principalmente agua, con un 70% de su superficie cubierta por este vital recurso. Sin embargo, de toda el agua presente en nuestro planeta, solo un exiguo 2% es apto para el consumo humano.
Es alarmante ver cómo el consumo de agua sigue aumentando a un ritmo alarmante. Incluso un pequeño incremento en el uso de agua por persona puede tener graves consecuencias, exacerbando el estrés hídrico que afecta a diversas regiones del mundo.
Distribución del consumo de agua en el mundo Aunque hay suficiente agua para satisfacer las necesidades de la población mundial, la distribución del consumo de agua es muy desigual. Veamos algunos datos que arrojan luz sobre esta situación:
En los últimos 50 años, la extracción de agua potable se ha triplicado. La demanda de agua potable aumenta en aproximadamente 64.000 millones de metros cúbicos al año. Un metro cúbico equivale a mil litros de agua. La huella hídrica anual per cápita en España es de alrededor de 2,5 millones de litros, el doble que la media mundial. En los Países Bajos, el 95% de la huella hídrica proviene del consumo de agua asociado a la importación de productos. En lugares como India o Paraguay, el 3% del consumo de agua está relacionado con bienes importados. Mongolia tiene un consumo hídrico de aproximadamente 10.000 litros por persona al día, siendo el país con el mayor consumo de agua per cápita del mundo, seguido de Níger, Bolivia y Emiratos Árabes Unidos. El consumo de agua per cápita en Estados Unidos es de alrededor de 7.800 litros por persona. Además del consumo humano, las nuevas fuentes de energía también suponen un uso elevado de agua. Por ejemplo, para producir un litro de biocombustible se necesitan entre 1.000 y 4.000 litros de agua.
Ahorro
Es crucial reducir el consumo de agua A pesar de que en muchos países el acceso al agua potable no es un problema, la distribución de este recurso vital es muy desigual. Las sequías están aumentando como respuesta al cambio climático que afecta a nuestro planeta, causado en gran medida por el alto nivel de industrialización.
Por tanto, es fundamental adoptar un consumo responsable del agua. Necesitamos desarrollar una nueva cultura del agua que se base en el ahorro, la eficiencia y la optimización de su gestión. El respeto por nuestro entorno comienza por respetar y cuidar el uso del agua.
