El cónclave inicia el 7 de mayo: así será la elección del nuevo Papa

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El Vaticano se prepara para el cónclave

El próximo 7 de mayo comenzará en el Vaticano uno de los eventos más esperados y solemnes de la Iglesia Católica: el cónclave para la elección del nuevo Papa. Después de la muerte (o renuncia) del Pontífice anterior, los cardenales del mundo se congregan bajo un riguroso protocolo que combina tradición, fe y deber para elegir a quien liderará a más de mil millones de católicos.

¿Qué significa «cónclave»?

La palabra cónclave proviene del latín cum clave, que significa «bajo llave». Y es que durante este proceso, los cardenales electores —aquellos menores de 80 años— son aislados del resto del mundo. Nadie puede comunicarse con ellos ni ellos con el exterior hasta que logren alcanzar un acuerdo. La sede será, como dicta la tradición, la majestuosa Capilla Sixtina, testigo mudo de votaciones históricas.

La misa previa: un momento de oración y unidad

Antes de ingresar enclaustrados, los purpurados asistirán a la Misa «Pro Eligendo Papa», que se celebrará en la Basílica de San Pedro. Esta ceremonia es un momento de recogimiento espiritual, en el que se pide la guía divina para afrontar la responsabilidad que implica elegir al sucesor de San Pedro.

Inicio de las votaciones en la Capilla Sixtina

Al término de la misa, los cardenales caminarán en procesión hasta la Capilla Sixtina. Allí, bajo los frescos de Miguel Ángel, jurarán guardar el máximo secreto sobre las deliberaciones. Después del juramento, dará inicio la primera votación del cónclave.

Cómo es el proceso de elección del Papa

El procedimiento es estricto y meticuloso. Cada día se celebran hasta cuatro votaciones: dos en la mañana y dos en la tarde. Para ser elegido, un candidato debe obtener una mayoría cualificada de dos tercios de los votos. Si no se alcanza el consenso tras varias jornadas, las normas permiten modificar los procedimientos, pero siempre asegurando la validez y legitimidad del resultado.

El humo: la señal que espera el mundo

Una de las imágenes más esperadas del proceso es la fumata, el humo que emerge de la chimenea de la Capilla Sixtina. La fumata negra indica que no ha habido elección. La fumata blanca, en cambio, anuncia al mundo que la Iglesia ya tiene un nuevo Papa. Esa señal disparará la expectación en la Plaza de San Pedro y en todo el planeta.

Habemus Papam: el anuncio esperado

Tras la elección, el Papa electo deberá aceptar el cargo y escoger un nombre pontificio. Luego será presentado formalmente desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, donde el cardenal protodiácono pronunciará el famoso anuncio: «Habemus Papam».

Un contexto de grandes desafíos

Cada cónclave es único. Aunque sigue un protocolo inmutable, los tiempos modernos han añadido nuevos desafíos. Hoy, la Iglesia enfrenta un escenario global complejo: tensiones geopolíticas, escándalos internos, debates sobre reformas y una creciente necesidad de renovar el diálogo con jóvenes y no creyentes. Todo ello estará, inevitablemente, en la mente de los electores.

Expectativa global ante una elección histórica

Mientras el cónclave se desarrolla, el Vaticano estará en estado de máxima reserva y solemnidad. Los medios internacionales seguirán cada detalle, aunque la información oficial será escasa hasta el momento del anuncio.

A partir del 7 de mayo, el mundo será nuevamente testigo de cómo se forja una elección cargada de historia, fe y trascendencia. La Iglesia Católica se prepara para recibir a su nuevo Pastor.


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