El Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez no solo es un escenario para la sonoridad de la región Pacífica, sino también para el arte hecho a mano que narra la historia y la esencia de las comunidades afrocolombianas. En su componente de artesanías, decenas de creadoras y creadores exhiben piezas únicas que combinan tradición, estética, innovación y memoria.

Tejidos en fibras naturales, joyería en filigrana, tallas en madera, maquillaje y cestería conforman una oferta que va más allá del valor comercial: cada objeto es un testimonio de los saberes ancestrales que se transmiten de generación en generación.
“Para nosotros es muy importante este festival porque nos permite dar a conocer la cultura de nuestra región que está plasmada en todos nuestros trabajos, también, nos da una oportunidad de ingresos y de mostrarnos al mundo”, dijo Edutria Díaz Bermúdez, tejedora y artesana.
Más allá de la exhibición, el componente de artesanías es un motor económico para comunidades que encuentran en el Petronio un escenario estratégico para llegar a nuevos públicos. La visibilidad que otorga el festival abre puertas a ferias internacionales y fortalece el reconocimiento del trabajo artesanal como patrimonio cultural inmaterial.
“Este festival es muy importante ya que nos permite mostrar nuestra identidad, mostrar nuestra cultura, dar a conocer nuestras empresas, siendo una oportunidad para que todo el mundo nos conozca, no solo la gente de Colombia, sino también de otros países”, afirmó Nohemí Arboleda, creadora de Cosméticos Nohemí Arboleda.
El público que recorre estos stands no solo se enfrenta a piezas de gran belleza, sino a historias de resistencia y resiliencia, marcadas por el vínculo con el territorio y el compromiso por preservar la biodiversidad a través del uso responsable de materiales.
“Este festival es muy interesante porque destaca a la cultura afrodescendiente, una que siempre se ha mantenido al margen, pero que ha sido fundamental para la humanidad, es la primera vez que vengo y me ha encantado”, aseguró Margarita Carabalí, turista colombiana.
El Petronio Álvarez se consolida así como un punto de encuentro en el que la música, la gastronomía y las artesanías dialogan para ofrecer una experiencia integral. En este diálogo, las manos artesanas ocupan un lugar protagónico, recordando que la cultura también se teje, se talla y se moldea con paciencia, amor y memoria.
