Jorge Saray, colombiano y propietario de un restaurante en Choachí, viajó por cuenta propia a la Franja de Gaza para entregar ayuda humanitaria en medio del conflicto entre Israel y Hamás. Ingresó a Gaza desde Egipto en condiciones precarias, con ayuda de contactos locales, y logró distribuir alimentos a más de 500 personas, incluidos 115 niños. Su objetivo era aliviar el hambre en un territorio devastado por los bombardeos, el bloqueo y la escasez.
Durante 10 días, Saray presenció escenas de caos, violencia y desesperación: niños muriendo por desnutrición, personas heridas sin atención médica y saqueos de comida por parte de grupos armados. También denunció que entrar ayuda a Gaza es un negocio controlado por comisionistas y facilitadores locales, con altos costos y corrupción.
Saray tuvo que salir del territorio tras el anuncio del plan israelí para ocupar Ciudad de Gaza, y desde entonces vive con traumas, recuerdos dolorosos y el sentimiento de haber hecho lo posible en medio del desastre. Su experiencia dejó huellas profundas, tanto por el sufrimiento presenciado como por la dificultad para reinsertarse en la vida cotidiana en Colombia.
Pese a todo, se siente orgulloso de pequeños gestos como su iniciativa “bombas de la alegría”, en la que repartió globos sonrientes a niños en hospitales.




