En los últimos días, una afirmación del Dr. William Li, médico e investigador de Harvard, ha generado revuelo en el mundo de la salud al señalar que, probablemente, el consumo de dos tazas de chocolate negro al día podría duplicar las células madre circulantes en la sangre, promoviendo la reparación cardiovascular.
Pero, ¿qué tan cierto es esto? El Dr. Joaquí, reconocido especialista en medicina regenerativa, péptidos y células madre, analiza la evidencia y pone en contexto esta declaración, advirtiendo sobre los matices que el público no debe pasar por alto.
Según el Dr. Joaquí, la idea de que el chocolate negro tenga un efecto tan potente proviene principalmente de estudios preliminares, muchos realizados en ratones o con muestras humanas muy pequeñas.
«No hay evidencia sólida ni concluyente a gran escala que respalde esta relación de manera directa», afirma. Los flavonoides del cacao, compuestos antioxidantes, podrían influir en la liberación de células madre endoteliales (EPCs), pero los mecanismos exactos aún son hipotéticos.
«Estos compuestos reducirían el estrés oxidativo y mejorarían la producción de óxido nítrico, lo que indirectamente favorecería la función vascular. Sin embargo, esto no significa que comer chocolate sea equivalente a un tratamiento médico», aclara.
Uno de los puntos críticos que destaca el experto es la falta de precisión en la recomendación del Dr. Li. Hablar de ‘dos tazas de chocolate negro’ es ambiguo. Para que haya un potencial beneficio, el chocolate debe tener al menos un 70% de cacao y ser bajo en azúcares.
Incluso así, los estudios suelen usar extractos concentrados, no el producto comercial. Además, advierte sobre los riesgos de excederse: «El chocolate negro sigue siendo calórico, contiene estimulantes como cafeína y, en algunos casos, trazas de metales pesados. No es inocuo».
Pero el Dr. Joaquí va más allá y cuestiona la premisa central: «Más células madre en sangre no siempre equivalen a mayor reparación cardiovascular. La funcionalidad de estas células y el contexto del paciente son clave. Una persona con inflamación crónica o diabetes, por ejemplo, podría tener EPCs disfuncionales».
En cambio, recomienda hábitos con mayor respaldo científico, como el ejercicio regular, el ayuno intermitente o la dieta mediterránea, que sí han demostrado efectos consistentes en la salud vascular y la regeneración celular.
Sobre terapias más directas, el especialista es claro: «Aunque existen terapias con células madre empleadas en múltiples condiciones de salud, su uso aún está en investigación, incluyendo el campo de la reparación cardiovascular. En Colombia, la regulación está en construcción, en espera a que el Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos -INDTOT- brinde bases claras para su uso adecuado. Respecto a los péptidos, menciona que, si bien algunos tienen potencial, su aplicación específica para estimular EPCs sigue en fase experimental.
Finalmente, el Dr. Joaquí enfatiza un mensaje crucial: «El chocolate negro no cura. Es un alimento con claros beneficios antioxidantes, como muchos otros, pero debe consumirse con moderación y dentro de un estilo de vida saludable. La verdadera medicina preventiva está en la inclusión de hábitos integrales, no en soluciones mágicas». Su llamado es a no caer en simplificaciones peligrosas y a siempre consultar a un médico antes de adoptar cualquier cambio basado en estudios preliminares o en afirmaciones que abundan en las redes sociales.




