Un escándalo sacude a China tras descubrirse que un hombre, conocido como “Sister Hong” (Hermana Hong), fingió ser mujer para engañar a más de 200 hombres. El implicado, identificado como Jiao, utilizó filtros, pelucas y modificadores de voz en aplicaciones de citas para atraer a sus víctimas, grabarlas sin su consentimiento y vender los videos por internet.
Cómo operaba el impostor
Durante varios años, Jiao construyó una identidad falsa con apariencia femenina en redes y plataformas de citas. Conocía hombres heterosexuales, establecía relaciones virtuales y luego concretaba encuentros íntimos en su apartamento.
Allí instaló cámaras ocultas para grabar los encuentros. Aunque muchos hombres pensaban que estaban con una mujer, en realidad estaban siendo víctimas de un engaño cuidadosamente planeado.
Más de 200 víctimas y videos vendidos en línea
La policía de Nanjing, ciudad donde vivía el sospechoso, ha identificado a 237 víctimas grabadas sin permiso. Sin embargo, algunos reportes indican que Jiao contactó a más de 1 600 hombres durante su esquema.
Los videos eran vendidos en línea por alrededor de 150 yuanes (unos 20 dólares), lo que sugiere una operación con fines lucrativos. A cambio de los encuentros, Jiao también solicitaba regalos como frutas, pescado o electrodomésticos, reforzando el engaño de que era una mujer que buscaba una conexión “genuina”.
Descubrimiento y captura
El caso salió a la luz cuando un influencer chino de fitness se reconoció en uno de los videos publicados en línea. De inmediato denunció los hechos ante la policía, lo que permitió abrir una investigación.
El 5 de julio de 2025, las autoridades detuvieron a Jiao. En su apartamento hallaron múltiples teléfonos, pelucas, ropa femenina, cámaras y una lista con los nombres de hombres contactados. La policía confirmó que el implicado actuó solo, sin una red detrás.
Consecuencias legales y sanitarias
El hombre enfrenta cargos por violación de la privacidad, producción y distribución de contenido íntimo sin consentimiento. En China, estos delitos pueden acarrear penas severas, como prisión prolongada o incluso cadena perpetua, especialmente si hay riesgos sanitarios involucrados.
Ante la posibilidad de contagios de enfermedades de transmisión sexual, las autoridades de salud en Nanjing habilitaron pruebas gratuitas para quienes sospechen haber tenido contacto con el acusado.
Reflexión final
El caso Sister Hong ha generado un intenso debate en China sobre la seguridad en las apps de citas, el consentimiento digital y la exposición pública no autorizada. También evidencia la facilidad con la que alguien puede crear identidades falsas en internet y explotar la confianza de otros para beneficio propio.
Este escándalo es un llamado de atención global sobre los riesgos del catfishing y la importancia de verificar identidades en entornos virtuales.




