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En ciudades como Río de Janeiro, Nueva Orleans y Colonia, la celebración no se limita a eso. El carnaval produce ventas por miles de millones y fortalece la economía de la región.
Se considera el «espectáculo más grande del mundo» en Río de Janeiro cuando miles de danzantes desfilan por el Sambódromo durante los días de carnaval. Después están las celebraciones en la calle, denominadas «blocos», en las que millones de individuos se involucran.
De acuerdo con la ciudad de Río de Janeiro, se estima que cerca de siete millones de individuos se congregan en las calles durante los días de carnaval, invirtiendo gran cantidad de dinero. El Carnaval de Río de Janeiro no solo constituye un componente cultural, sino también un relevante agente económico.
Millones en impuestos
Plumas artificiales, vestidos de colores o máscaras: quien pase por Río de Janeiro en los días previos al carnaval no puede esquivar las múltiples tiendas repletas de complementos carnavaleros. «Las personas suelen adquirir algo de manera espontánea mientras se dirigen al trabajo o a la escuela», explica a DW la comerciante Mariele en su establecimiento.
Brasil obtiene un gran beneficio del carnaval. De acuerdo con la administración municipal de Río de Janeiro, los ingresos del carnaval de 2024 llegaron a casi 830 millones de euros. Se estima que a nivel nacional, solo en el carnaval de este año, se recolectarán aproximadamente 2.000 millones de euros, según comunicó la Asociación Nacional de Comercio de Bienes, Servicios y Turismo (CNC).

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La economía local se beneficia
La metrópoli del estado de Luisiana, Nueva Orleans, es vista como el baluarte del carnaval en Estados Unidos. El evento se prolonga durante quince días y finaliza el Mardi Gras, también conocido como «Martes de Grasa». A lo largo de los días, múltiples grupos se pasean por las vibrantes calles del casco antiguo.
No solo los visitantes disfrutan de las festividades. Los expertos en cultura, economía y creación local, junto con miles de pequeñas empresas, obtienen beneficios del carnaval. «Esta actividad económica mantiene decenas de miles de empleos», sostienen James Reiss III y Elroy James, quienes son copresidentes del Consejo Asesor del Mardi Gras en Nueva Orleans.



