En una residencia del barrio Las Ferias, en Engativá, Bogotá, Darwin Beltrán, de 31 años, fue arrestado por asesinar a sus dos hijos: Santi Esteban, de 4 años, y Susan Camila, de 7. Según las autoridades, el hecho ocurrió en medio de un conflicto familiar que ha dejado a la comunidad profundamente afectada.
«Escuchamos el alboroto hacia las seis», relató Héctor Vanegas, vecino que presenció la tragedia y narró a el doloroso momento en que la madre de los niños fue confrontada con la devastadora escena. La mujer, en shock, intentó acudir a sus hijos mientras los vecinos, entre llanto y desespero, trataban de ayudar, aunque lamentablemente ya era demasiado tarde.
La indignación y el sufrimiento invadieron el sector. «No pudimos hacer nada», lamentó Leonardo Molina, testigo de la escena, quien expresó su rabia e impotencia al notar lo que parecía un intento de borrar evidencias. «Todo estaba trapeado y los niños acostados en la cama», agregó, convencido de que Beltrán había planeado el crimen. Tras el acto, Darwin Beltrán fue extraído de la casa por un vecino y estuvo a punto de ser linchado por otros habitantes de la comunidad, hasta que la Policía Metropolitana intervino para detenerlo. El coronel Pedro Saavedra informó que Beltrán será presentado ante un juez por homicidio agravado y feminicidio agravado, cargos que conllevan severas condenas.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, se pronunció sobre el caso, exigiendo una pena ejemplar para el acusado: «¿Qué nos pasa como sociedad? Estos casos son desgarradores e inaceptables», publicó en sus redes sociales. Las autoridades, además, confirmaron que Beltrán tenía antecedentes por violencia intrafamiliar y otros delitos, lo que ha generado cuestionamientos sobre la efectividad del sistema judicial en la prevención de estas tragedias. Margarita Cabello, Procuradora General de la Nación, también reaccionó al caso y manifestó su rechazo a la posibilidad de rebajas de pena para crímenes contra menores, instando al Congreso a retirar una propuesta que contempla esta opción. «Consideramos que esto incentivaría la percepción de menor gravedad de estos delitos, algo que no podemos permitir», afirmó.
Este caso, junto a otros recientes, revela una alarmante tendencia de violencia contra menores en Colombia, donde el Instituto Nacional de Medicina Legal ha reportado más de 380 asesinatos de menores en lo que va del año, dejando al país con una profunda herida y en búsqueda de respuestas.
