El Sevilla FC atraviesa uno de los momentos más críticos de la temporada y se juega la vida este domingo ante el Leganés en el Sánchez-Pizjuán. A cinco puntos del descenso y con solo cinco jornadas por disputarse, el margen de error es mínimo. Pero el problema no solo está en los resultados: el verdadero drama está en el ataque.
Desde su última victoria liguera ante la Real Sociedad, el Sevilla ha acumulado seis partidos sin ganar, con cinco derrotas y un empate, sumando apenas tres goles en ese lapso. La sequía ofensiva es alarmante y los delanteros no responden.
Dodi Lukébakio, máximo artillero del equipo con 11 goles en LaLiga, no marca desde hace siete jornadas. Sin embargo, el club ganó una batalla clave en los despachos: la justicia concedió una medida cautelar que le permite estar ante el Leganés, tras haber sido expulsado frente a Osasuna.
Por su parte, Isaac Romero vive una temporada irregular. Su trabajo y entrega no se traducen en goles: apenas ha anotado cuatro tantos, tres en el torneo local. Incluso fue suplente sin minutos en el último partido. Juanlu Sánchez, inesperadamente, lo supera en producción con cinco anotaciones.
El técnico Joaquín Caparrós, que llegó para apagar el incendio tras la salida de García Pimienta, sabe que necesita recuperar la efectividad de sus atacantes si quiere salvar al equipo del desastre. La cita del domingo no solo será un partido decisivo: es una prueba de carácter para una delantera que debe despertar antes de que sea demasiado tarde.
