El alimento que contribuye a la recuperación del hígado graso y alivia la retención de líquidos

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Su alto contenido de potasio podría reducir la hinchazón y equilibrar los fluidos. Una fruta tropical que ofrece una variedad de nutrientes con efectos antioxidantes, antibacterianos, antivirales y antifúngicos es el tamarindo, proveniente del árbol del mismo nombre y originario de África.

El tamarindo tiene múltiples usos, desde propósitos medicinales, como el tratamiento del estreñimiento, hasta usos domésticos, como pulir metales con su pulpa. Sin embargo, sus beneficios más notables están relacionados con la salud hepática y la retención de líquidos. El hígado, según ‘MedlinePlus’, desempeña un papel crucial en la digestión, almacenamiento de energía y eliminación de toxinas, por lo que su cuidado es esencial para prevenir enfermedades hepáticas como el hígado graso.

Según los Institutos Nacionales de la Salud, el hígado graso puede ser de dos tipos: no alcohólico y por consumo de alcohol, siendo una enfermedad silenciosa con pocos síntomas. Investigaciones sugieren que factores como condiciones de salud, genética, dieta y función digestiva pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad.

Un estudio publicado en ‘PubMed’ analizó el efecto del tamarindo en ratas con hígado graso, concluyendo que el tamarindo no solo mejoró la esteatosis y la degeneración hepática, sino también otros aspectos de la enfermedad como la obesidad visceral, alteración del metabolismo lipídico, resistencia a la insulina y estrés oxidativo. Esto se atribuye a su contenido de ácido hidroxicítrico, que, según la revista ‘Cuerpo Mente’, bloquea la síntesis de ácidos grasos y promueve la acción de la enzima ATP citrato liasa, reduciendo así la formación de grasas y aumentando la producción de glucosa en el hígado.

Además, el tamarindo puede ayudar a combatir la retención de líquidos, que es la acumulación excesiva de líquidos en los tejidos, según la Fundación Española del Corazón. Los expertos recomiendan la actividad física, una dieta equilibrada, la hidratación adecuada y la limitación del consumo de sodio para reducir el edema, así como la inclusión de alimentos ricos en potasio, como el tamarindo, en la dieta.


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