Miguel Pastrana, conocido como ‘Calao’, es un vendedor ambulante de la ciudad de Ibagué que, desde hace más de 40 años, ha encontrado en el humor una herramienta para conectar con sus clientes y enfrentar las adversidades. A pesar de que una bala en la columna lo dejó sin movilidad hace 13 años, no se rinde y continúa trabajando con su inseparable silla de ruedas.
Dicho hombre siempre se hace al frente de la panadería Donato, allí organiza sus dulces y cigarrillos, mientras saluda a los transeúntes con chistes y frases ingeniosas. Su carisma ha hecho que sea un rostro familiar y querido en su comunidad. “Desde pequeño he trabajado en todo. Nunca he robado, porque sé lo difícil que es conseguir las cosas”, comentó Pastrana.
Cabe resaltar que la informalidad laboral es una constante en la ciudad de Ibagué y la historia de Miguel es un reflejo de esta realidad. Según el DANE, el 43.4% de los ocupados en ciudades trabaja de manera informal. Para él, este oficio no solo es una fuente de ingresos, sino también una manera de enfrentar las barreras sociales que impone la discapacidad.
A sus 55 años, Miguel vive solo y afronta dificultades económicas, pagando arriendo y comida con lo que gana diariamente. Sin embargo, su actitud resiliente y su sentido del humor son el motor que lo impulsa a seguir adelante, convirtiendo cada venta en una oportunidad para alegrar el día de alguien más.
