La Corte Suprema permite aplicar la nueva política
El gobierno de Donald Trump implementó una nueva directiva que obliga a que todos los pasaportes estadounidenses reflejen el sexo consignado en el acta de nacimiento original. La Corte Suprema permitió su aplicación mientras continúa el litigio federal.
La medida revierte una política vigente desde los años noventa, que permitía a las personas trans cambiar el marcador “M” o “F” en el pasaporte. También elimina la opción “X” para quienes no se identifican con los marcadores tradicionales.
Un cambio histórico que redefine identidad y documentación
Según el Departamento de Estado, esta directiva responde a la necesidad de consignar “hechos verificables”. Los abogados del gobierno sostienen que exigir el sexo de nacimiento garantiza coherencia entre organismos gubernamentales.
Los defensores argumentan que el pasaporte debe basarse en datos objetivos para evitar fraudes. Grupos conservadores afirman que la norma es esencial para la seguridad y para restablecer “la realidad biológica”.
Amplio rechazo entre personas trans y no binarias
Activistas, académicos y organizaciones LGBTI+ calificaron la política como un ataque directo a la identidad de tres millones de estadounidenses trans y no binarios. Temen interrogatorios, confusiones y acusaciones de suplantación al viajar o realizar trámites básicos.
Brianna Wu, quien vive con un marcador “F” desde hace 15 años, afirmó que la norma la obligará a “salir del armario” cada vez que presente su pasaporte. Otros señalaron que la política desconoce la existencia de personas intersexuales.
Preocupación por seguridad, movilidad y trato oficial
Expertos advierten que la política puede dificultar viajes internacionales, el acceso a servicios y la validación de identidad. Algunas personas trans ya llevan documentos adicionales por temor a cuestionamientos en aeropuertos.
Varias voces consideran que esta medida es parte de un esfuerzo más amplio para restringir derechos de personas trans en áreas como deporte, vivienda, educación y servicios médicos.
Un debate nacional en pleno avance judicial
Encuestas recientes muestran posiciones divididas en la sociedad estadounidense. Muchos dicen querer proteger a las personas trans de la discriminación, pero también respaldan políticas basadas en el sexo de nacimiento.
Mientras avanza la demanda colectiva contra la norma, miles de personas trans y no binarias afirman ya sentir impactos inmediatos en su vida diaria. Para ellas, el pasaporte se ha convertido en un documento que, lejos de proteger su identidad, las expone a nuevos riesgos.


