El domingo 21 de septiembre de 2025 se producirá el último eclipse solar del año, un evento parcial visible principalmente desde regiones del Hemisferio Sur como Australia, Nueva Zelanda y partes de la Antártida. En aquellos lugares, el sol quedará parcialmente oscurecido por la luna, lo que convierte al fenómeno en una oportunidad de observación astronómica significativa.
Además de su valor científico y estético, el eclipse suscita alertas sobre la necesidad de protección ocular, ya que observar el evento sin el equipamiento adecuado puede generar daños permanentes en la vista. Los expertos recomiendan gafas certificadas o filtros especiales. Aunque para muchos será un espectáculo natural breve, también brinda ocasión para educar sobre astronomía y mejorar el interés público en fenómenos celestes.



