El Parque de los Príncipes fue testigo de una noche que el París Saint-Germain preferirá olvidar. A pesar de dominar las estadísticas de principio a fin, el conjunto dirigido por Luis Enrique cayó 1-2 frente al Bayern Múnich, que tuvo en Luis Díaz a su verdugo y figura indiscutible. El colombiano firmó un doblete y fue expulsado antes del descanso, dejando una huella imborrable en el duelo por la Liga de Campeones de la UEFA.
El guion del partido pareció escrito para una goleada del PSG: 65% de posesión, 654 pases completados con un 95% de precisión, y 25 remates totales fueron números que reflejaron el dominio territorial y técnico del equipo parisino. Sin embargo, la contundencia estuvo del otro lado. El Bayern, con apenas 9 remates y 35% de posesión, supo golpear en los momentos justos.
Luis Díaz fue el factor diferencial. El atacante cafetero abrió el marcador al minuto 4 con una definición fulminante y repitió al 32 con una jugada individual que silenció a la grada. Antes del cierre del primer tiempo, fue expulsado tras una acción discutida, pero su impacto ya había marcado el destino del encuentro.
Luis Enrique buscó recomponer con variantes ofensivas, pero el muro bávaro resistió con orden y sacrificio. Solo un tanto de João Neves al minuto 74 le devolvió esperanza al PSG, aunque sin tiempo para lograr la remontada. La frustración se apoderó del banquillo local, consciente de que el control del balón no se tradujo en eficacia.
Los números fueron tan elocuentes como crueles. Mientras el PSG acumuló nueve tiros de esquina y multiplicó sus asociaciones, el Bayern necesitó muy poco para ser letal. La diferencia estuvo en la pegada y en la inspiración individual del colombiano, que firmó un primer tiempo de antología.
Con esta derrota, el conjunto francés vuelve a quedar expuesto ante su afición, que exigió más contundencia en las áreas. Luis Enrique reconoció que su equipo “tuvo la pelota, pero no el control real del juego”, en una autocrítica que resume la impotencia de la noche parisina.
El Bayern, por su parte, celebró una victoria de carácter y eficiencia. Con un jugador menos durante todo el segundo tiempo, resistió los embates del PSG y se llevó tres puntos que lo consolidan como candidato serio en Europa. Y todo, gracias al hombre que amargó París: Luis Díaz, el protagonista de una noche que quedará en la historia bávara.




