El Tribunal Supremo Federal de Brasil condenó al expresidente Jair Bolsonaro a 27 años y tres meses de prisión por planear un golpe de Estado contra Luiz Inácio Lula da Silva.
Un juicio inédito en la historia reciente de Brasil
La sentencia, emitida el 11 de septiembre, se dio a poco más de un año de las elecciones presidenciales. El proceso incluyó a Bolsonaro y a siete colaboradores. Los acusados enfrentaron cinco cargos, entre ellos golpe de Estado, organización criminal armada e intento de abolición violenta del Estado democrático de derecho.
La jueza Carmen Lúcia destacó que el exmandatario actuó como líder de una organización criminal. Aunque aún falta el voto de un magistrado, la mayoría del tribunal se inclinó por la condena.
Reacciones nacionales e internacionales
La noticia generó una ola de reacciones políticas. En Estados Unidos, Donald Trump calificó la condena de “sorpresiva” y prometió responder. Su secretario de Estado, Marco Rubio, señaló que la sentencia es “injusta”. El congresista Carlos Giménez también defendió a Bolsonaro, denunciando lo que calificó como persecución política.
En Brasil, la polarización se profundizó. Manifestantes se tomaron las calles durante el día de la independencia, dividiéndose entre defensores del expresidente y seguidores de Lula.
Detalles del plan y situación actual de Bolsonaro
Según la Fiscalía, los conspiradores pretendían asesinar a Lula, al vicepresidente electo Geraldo Alckmin y al juez Alexandre de Moraes. Aunque la cúpula militar se negó a apoyar el plan, las pruebas confirmaron la conspiración.
Bolsonaro, vestido con polo verde y pantalón negro, fue visto en su residencia en Brasilia antes de conocerse la condena. Su abogado, Paulo Cunha Bueno, señaló que el exmandatario está en delicado estado de salud y podría solicitar prisión domiciliaria.
Un país más dividido
La condena a Jair Bolsonaro por intento de golpe de Estado marca un precedente histórico en Brasil. La decisión judicial no solo pone fin a su carrera política, sino que también profundiza la polarización en un país dividido entre el apoyo a Lula y el rechazo a su gobierno.




