La delincuencia no da tregua en la Perla. Nuevos casos de robos e intentos de atraco en distintos puntos de la ciudad han encendido nuevamente las alarmas de la ciudadanía, que exige mayor presencia de las autoridades para frenar estos hechos que afectan
directamente a trabajadores, estudiantes y comerciantes.
Uno de los casos más recientes, ocurrió en cercanías al sector centro, el pasado lunes 9 de junio. En las grabaciones de las cámaras de seguridad se observa cómo un individuo intenta ingresar a un establecimiento comercial; sin embargo, después de varios minutos de forzar la puerta no logra consumar el hurto, se da por vencido y se retira, dejando daños en la puerta del negocio.
Pero este no ha sido el único episodio que preocupa a los habitantes. En otro sector de Duitama, la comunidad ha venido denunciando la presencia constante de asaltantes que atacan especialmente en horas de la mañana. Según relataron varios trabajadores, el pasado martes hacia las 5:40 a.m., un hombre fue abordado por los mismos sujetos que días atrás intentaron robar a un joven cerca de la planta de Coca-Cola, en la calle 17 abajo de una licorera. En esta oportunidad, el nuevo intento de atraco se presentó frente al establecimiento Brasas y Brasas, justo en la franja horaria donde cientos de empleados de Paraíso, Éxito, Mercopolis, Ciudadela Industrial y estudiantes transitan hacia sus actividades diarias.
Los denunciantes han identificado puntos críticos donde los delincuentes suelen actuar, siendo uno de ellos la intersección de la calle 17 con carrera 19, sitio que anteriormente servía como ingreso de buses al antiguo terminal. Allí solicitaron de manera urgente la
presencia de una patrulla motorizada que disuada a los ladrones y brinde tranquilidad a los peatones.
Además, el pasado martes, otra cámara de seguridad registró un nuevo intento de asalto sobre la calle 17. En ese caso, la víctima logró defenderse y evitar que los delincuentes cumplieran su objetivo, pero el riesgo latente en el sector sigue generando un aire de
tensión entre los residentes.
La reiteración de estos casos refleja un problema de seguridad que, más allá de las cifras oficiales, es sentido diariamente por quienes salen a trabajar o estudiar y deben enfrentarse a la posibilidad de ser víctimas. Mientras tanto, el clamor ciudadano sigue siendo el mismo: presencia real, acciones inmediatas y patrullajes permanentes para recuperar el control de las calles.
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