Las cancelaciones reiterativas de eventos masivos en el Coliseo Mayor generan descontento y llaman a la acción.
											La cancelación del concierto Noche de Reyes en el Coliseo Mayor de Duitama ha puesto en jaque la confianza de los ciudadanos frente a los eventos masivos realizados en este espacio. En menos de un año, este es el segundo incidente de este tipo, después del escándalo del Ranchenato, y la situación comienza a agotar la paciencia de los duitamenses.
El gerente del IERD, Mateo Centeno, defendió el uso del coliseo para eventos privados, argumentando que los 9 millones de pesos recaudados por alquiler son cruciales para financiar las operaciones del instituto. Sin embargo, muchos ciudadanos cuestionan si este ingreso justifica los problemas recurrentes, incluyendo cancelaciones, disturbios y deterioro de las instalaciones.
“Ese coliseo es para eventos deportivos y culturales, no para conciertos de esta clase”, afirmó John Alexander, habitante de la ciudad. Su opinión refleja el sentir de numerosos residentes, quienes consideran que el uso actual del coliseo está afectando su infraestructura y desviando su propósito original.
Otra residente, Ana María, destacó la falta de cultura ciudadana y el impacto negativo sobre el patrimonio local. «Debemos cuidar lo que tenemos, y estos eventos solo dejan daños y desorden”, expresó.
La comunidad exige respuestas claras de los organizadores y de las autoridades municipales, pues los antecedentes del Ranchenato, cuyos afectados aún esperan soluciones, han minado la confianza en este tipo de espectáculos. El debate pone de manifiesto una pregunta crucial: ¿debería el Coliseo Mayor limitarse exclusivamente a actividades deportivas y culturales?
Con cada cancelación, crece el clamor por una solución que equilibre la necesidad de ingresos con el bienestar colectivo. Mientras tanto, los habitantes de Duitama observan con escepticismo el futuro del emblemático espacio y esperan que las autoridades escuchen sus reclamos.




