El grupo de Protección de Infancia y adolescencia realizó una actividad de prevención y control a la mendicidad; en coordinación con la Alcaldía de Duitama y el ICBF con la intención de sensibilizar a la comunidad del sector centro, sobre el riesgos y consecuencias de la mendicidad, lo cual vulnera los derechos de los niños y niñas del municipio.
Estas actividades se hacen en razón a que en las calles del municipio se han podido ver niños que piden ayuda a personas o en su defecto venden cosas, desde un punto de vista social esto se cataloga como mendicidad o trabajo infantil, “es triste ver como uno va por las calles de la ciudad y ve un montón de niños pidiendo monedas o comida, otros vendiendo cosas, muchos más pidiendo ayuda económica y los papas detrás de ellos como si nada”, enunció, Carlos Buitrago, ciudadano.
En Colombia, el fenómeno de la mendicidad infantil comenzó en los años 70. Según estimaciones del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, en el país hay cerca de treinta mil niños, niñas y adolescentes que pasan la gran mayoría de su tiempo en la calle.
Según un informe de la Procuraduría General de la Nación, la mendicidad infantil es una problemática que obedece a dinámicas sociales, económicas y culturales tales como la pobreza, el desempleo, el desplazamiento forzado, el conflicto armado, la migración, la situación de pobreza, el analfabetismo, la discapacidad, la desigualdad económica, reflejada en ausencia de oportunidades laborales (desempleo), la falta de lugares en donde los padres puedan dejar a sus hijos – situación que en algunos casos obliga a llevarlos consigo a buscar el sustento diario-, las políticas públicas que no abordan totalmente la problemática para evitar que los niños, las niñas y los adolescentes se dediquen a acompañar a sus padres o cuidadores a solicitar ayuda económica en la calle. Es decir, se expone a los infantes y adolescentes a diferentes situaciones de amenaza o vulneración de sus derechos, como situación de vida en calle, alta permanencia en calle, el trabajo infantil, la violencia sexual, la trata de personas, entre otras violencias, que infortunadamente afectan y ponen en riesgo el goce del ejercicio pleno de sus derechos, en tanto impactan el interés superior y la protección integral que existe a su favor en la diversa normativa de carácter internacional y nacional, al igual que a las familias a las que estos menores de edad pertenecen. Adicionalmente, quizás este fenómeno de la mendicidad infantil posiblemente puede agravarse por el aumento del flujo migratorio de las familias venezolanas en condiciones de alta vulnerabilidad y el impacto social y económico que deja la emergencia sanitaria a causa de la COVID-19.
Teniendo en cuenta lo anterior y la actividad de las autoridades municipales la comunidad recibió la actividad de buena manera y también dio su opinión al respecto, “el tema de la mendicidad infantil es muy complejo y todos sabemos que en su mayoría detrás de esto están los papas de los niños, por eso es bueno no darles dinero a los niños de alguna mamera es alcahuetear a los padres que no hacen nada y los usan”, concluyó, Carlos Buitrago, ciudadano.

															


