Luego de la crisis que vivieron -y aún viven- varios ibaguereños por la continuidad y suministro de agua, particularmente en el 2022 donde las protestas y bloqueos estuvieron a la orden del día, una de las soluciones que planteó la empresa de Acueducto y Alcantarillado Ibal, para calmar la sed en el sector de la Arboleda del Campestre, fue iniciar la construcción de una planta de tratamiento de agua potable en el sector, la misma frenó la ausencia del líquido que por días tenía la comunidad; no obstante, afloró en varios vecinos dudas frente a la calidad del recurso que se capta del Canal Nicolás Laserna.
Impactos
Es que el agua que se toma de dicho canal, si bien proviene del río Combeima, en su recorrido como lo refirió en un informe del 2022, la Contraloría General de la República, zonal Tolima, sufre profundos impactos contaminantes, pues en varios puntos caen aguas servidas, aguas escorrentías de vías urbanas y de lotes de cultivos. Luis Fernando Díaz, representante de la veeduría Agua para Ibagué (Vapi) alertó de la situación y señaló que el tratamiento de aguas que hace el Ibal, no es garantía de que el líquido no sea perjudicial para los seres humanos, si se hace un consumo de manera continua.
Sumideros
“Esa es una planta primaria, la captación se hace en los bajos de (restaurante) El Carnaval del Pollo, el río Combeima en ese punto ha recibido la mayoría de aguas negras de Ibagué, sumando las aguas que caen a los sumideros y que también van a dar al río Combeima. Esas aguas de escorrentía traen metales pesados y los metales pesados son cosa seria y prácticamente imposibles de tratar”, denunció Díaz. El representante de la veeduría indicó que han requerido al Ibal para que exponga los análisis de laboratorio que den la seguridad pertinente frente a la calidad del recurso; no obstante, señala que la empresa no da respuesta a sus querellas.
“Esas aguas son para riego, no son para consumo humano, la comunidad hace unos días hizo un recorrido por el canal y encontró empaques de un herbicida altamente nocivo para la salud humana, el empaque estaba contiguo a un lote donde siembran arroz. Yo me puedo tomar un vaso de agua (de la que se trata en Ptap de la Arboleda del Campestre), pero eso es distinto para quienes toman esa agua unos dos o tres años continuos”, refirió Díaz señalando que el recurso podría tener posibles repercusiones para quienes tomen ese líquido. La gerente del Ibal, Erika Palma señaló que el recurso es de calidad, que no tiene ningún tipo de repercusión en los seres humanos y que contrario a lo que dicen desde la planta de tratamiento se hace todo el proceso de potabilización.
Desde el Ibal Erika Palma sostuvo que la comunidad puede estar tranquila, pues a diario hacen evaluaciones.




