Dos monos que fueron rescatados del tráfico ilegal se recuperan en el Hogar de Paso del Dagma

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En el Hogar de Paso del Dagma, dos monos capuchinos se recuperan tras ser rescatados de diferentes situaciones que reflejan las graves consecuencias del tráfico y la tenencia ilegal de fauna silvestre. El primero fue incautado por la Policía Nacional en el barrio Los Alcázares, sector Puente del Comercio, donde el Grupo de Carabineros y Seguridad Rural interceptó a un ciudadano que transportaba al primate dentro de una maleta de domicilios.

De acuerdo con las autoridades, esta persona había recibido una encomienda transportada en un bus intermunicipal. En su interior se halló una caja de cartón con el mono capuchino. La especie fue entregada al Dagma, mientras el capturado fue puesto a disposición de la Fiscalía General de la Nación.

Según el médico veterinario del Dagma, Delio Orjuela, “estos monos, para poder atraparlos, primero asesinan a sus madres para evitar que los defiendan, y después los negocian por diferentes sumas, trasladándolos en condiciones precarias y quitándoles la posibilidad de su hábitat. Los monos capuchinos son animales salvajes y no deberían tenerse como mascota”.

El segundo primate llegó la semana anterior, luego de ser encontrado por un ciudadano en el sur de Cali, quien lo trasladó al Hogar de Paso. Según los primeros indicios, este animal era mantenido como mascota y logró escapar.

“Son bastante pequeños. En estos momentos tenemos a los dos animalitos juntos, haciéndose compañía, tratando de que entre ellos se logren ayudar y apoyar en este proceso tan duro, porque ambos deberían estar con sus madres en esta etapa de la vida. Por temas de comportamiento, su proceso natural de desarrollo se ha visto afectado, lo que podría complicar su futura liberación”, explicó Andrés Posada, director del Centro de Valoración de Flora y Fauna Silvestre del Dagma.

A los dos monos se les han practicado todos los cuidados veterinarios y estudios necesarios para su evaluación. Actualmente permanecen en la zona de cuarentena del Hogar de Paso, mientras se determina cómo sus comportamientos y metabolismos se han visto alterados. Son animales omnívoros que se alimentan de frutos, semillas, flores, néctar, hongos, insectos, pequeños vertebrados y hasta de especies marinas como ostras y cangrejos.

Un esfuerzo permanente por la vida silvestre

Miles de caleños que transitan a diario por la Avenida Segunda Norte, en el sector de Prados del Norte, no alcanzan a notar la labor constante, 24/7, que se adelanta en el Hogar de Paso del Dagma, donde un equipo de veterinarios, biólogos y cuidadores trabaja sin descanso para recuperar animales silvestres afectados por la violencia, el cambio climático y, especialmente, por el tráfico ilegal de fauna.

“En lo que llevamos de este año hemos recibido más de 3.150 animales en total y hemos logrado liberar y reubicar 1.200. Todo esto ha sido posible gracias a un esfuerzo gigantesco y al trabajo en equipo con otras entidades, a las cuales enviamos las especies recuperadas después de varias semanas de tratamiento en nuestro Hogar de Paso. Posteriormente, son liberadas en sus regiones de origen o en zonas del Pacífico y las montañas de Cali”, agregó Posada.

El tráfico ilegal convierte a estos seres en mercancía, atentando contra su bienestar y obligándolos a vivir en condiciones ajenas a su entorno natural. Además, tener primates en cautiverio pone en riesgo la salud humana, ya que pueden transmitir enfermedades zoonóticas como rabia, tuberculosis, herpes, hepatitis B y candidiasis, a través de mordeduras o arañazos.

Las autoridades ambientales advierten que los monos capuchinos, al igual que otros primates, no son mascotas: son animales salvajes que no se adaptan a un entorno doméstico y pueden volverse agresivos.

Sanciones y llamado a la ciudadanía

El Dagma recuerda que adquirir animales silvestres está prohibido y genera graves consecuencias. Quien posea fauna silvestre como mascota puede ser sancionado con multas diarias desde $379.600 pesos (SMDLV) hasta 5.000 salarios mínimos mensuales legales vigentes, según la gravedad, de acuerdo con la Ley 1333 de 2009.
El tráfico, comercio y posesión ilegal de fauna silvestre es un delito que puede acarrear penas de prisión de 48 a 108 meses.

El tráfico de fauna contribuye a la extinción de especies, desestabiliza ecosistemas y afecta a las poblaciones naturales. Por ello, el Dagma mantiene habilitadas sus líneas para denunciar delitos ambientales: (602) 524 05 80 – Atención ciudadana (lunes a viernes, 8:00 a.m. a 5:00 p.m.) o vía WhatsApp al 313 780 75 32 – Emergencias ambientales (24/7)

Estas líneas también están disponibles para reportar cualquier situación que ponga en peligro la vida de los animales en la ciudad.


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