En los últimos meses, el sector del Buque, ha sido testigo de una preocupante ola de inseguridad protagonizada por dos delincuentes que, sin temor alguno, han convertido las calles en su escenario de crímenes. Estos dos individuos, que operan con impunidad, se han especializado en atacar a mujeres y personas de la tercera edad, generando un clima de temor e impotencia entre los habitantes de la zona.
Arrastran a sus víctimas
Los robos, que ocurren a plena luz del día, siguen un patrón bien definido. Los delincuentes eligen sus víctimas cuidadosamente, siempre mujeres solas o adultos mayores que se desplazan con dificultad. Aprovechando la vulnerabilidad de sus objetivos, los ladrones no dudan en utilizar la violencia para arrebatarles sus pertenencias. En varios casos, testigos han reportado cómo las víctimas han sido arrastradas por el suelo mientras intentaban resistir el robo.
Sin Dios ni ley
La impunidad con la que actúan estos delincuentes es, quizás, lo más alarmante de la situación. Tras cometer sus crímenes, los ladrones siempre huyen por el mismo callejón, una estrecha vía que conecta directamente con el sector del Buque. Este callejón, rodeado de construcciones abandonadas y poca iluminación, les ofrece un escape casi garantizado, burlando así cualquier intento de captura por parte de la comunidad o las autoridades.
A pesar de las repetidas denuncias, la respuesta por parte de las autoridades ha sido insuficiente. Los residentes del sector afirman que los esfuerzos de la policía resultan ineficaces, ya que los delincuentes parecen conocer los movimientos de la fuerza pública y actúan solo cuando están seguros de que no serán atrapados.
La falta de intervención efectiva por parte de las autoridades ha generado un profundo sentimiento de frustración y desprotección entre los habitantes del sector.
