A veces la emoción de la Champions League se reserva, a veces las estrellas no brillan desde el principio, a veces hay una falta de intensidad, pero nunca se puede dar nada por seguro, especialmente en una semifinal de ida y vuelta.
Borussia Dortmund y PSG protagonizaron un partido táctico, sin el brillo de otros encuentros, pero con estrategias definidas y una victoria alemana por 1-0 que, como suele suceder, deja la eliminatoria completamente abierta de cara al partido de vuelta en París.
Los primeros diez minutos fueron un período de observación, de intentar encontrar espacios sin arriesgar demasiado, con algunas intervenciones de un Dembelé impredecible. ¿Oportunidades de gol? Ninguna.
Sin embargo, a los 13 minutos, el Borussia Dortmund estuvo a punto de marcar en una jugada por la izquierda, ante la pasividad de la defensa francesa, pero Donnarumma lo evitó como pudo y luego se desperdició el rebote. Fue solo un aviso del gol que estaba por venir: un pase letal, un excelente control de Fullkrug a los 36 minutos y un 1-0 que sorprendió a todos, incluso a los aficionados locales.
El PSG estuvo cerca de recibir otro gol antes del descanso, cuando Sabitzer probó al portero con un remate. En ataque, Mbappé era ineficaz jugando por el centro, y ni Hernández ni Hakimi estaban sirviendo los balones como se esperaba.
A pesar de eso, el PSG intentó marcar en cuatro ocasiones al comienzo del segundo tiempo: Barcola, Mbappé en dos ocasiones y Hakimi estuvieron cerca, pero no lograron concretar.
Esto pesaría después, cuando los alemanes pasaron el sofocón y Brandt y Füllkurug volvieron a acercarse con oportunidades peligrosas. Solo Dembelé parecía tener la energía para buscar el empate, que no llegaría a pesar de los intentos de Mbappé y el ingreso de Klo Muani como delantero centro. Luis Enrique demostró saber algo después de todo.
El tiempo pasó sin más goles ni emociones, dejando todo por decidir en el Parque de los Príncipes el próximo martes 7 de mayo. Habrá que ver si la ventaja tan estrecha del Borussia Dortmund aguanta en un terreno tan complicado, y si al final Mbappé cumple los deseos de su equipo, al menos en llegar a la final de la Champions League. Quizás el verdadero espectáculo esté reservado para el final.
