En el marco del Día Mundial de las Personas de Talla Baja, que se conmemora cada 25 de octubre, celebramos la inspiradora trayectoria de Dora Ligia Motato, una mujer que, impulsada por la fe, la gratitud y una determinación inquebrantable, ha transformado los espacios donde hace presencia.
En la Secretaría de Movilidad de Cali, entre el ritmo constante del trabajo y las sonrisas diarias, Dora se ha convertido en un símbolo de inclusión y resiliencia. Su alegría, compromiso y calidez humana han redefinido la manera en que sus compañeros entienden la diversidad.
Hace un año y ocho meses, llegó a la entidad y desde entonces brilla en el equipo de Participación Ciudadana, destacándose por su responsabilidad, cercanía y espíritu colaborativo.
Madre, abuela y parte de una familia profundamente unida, Dora es descrita por quienes la rodean como una amiga leal, solidaria y siempre dispuesta a ofrecer una palabra amable.
Su historia está profundamente marcada por la fe. Devota y creyente, Dora encuentra en el silencio un espacio para conversar con Dios. En una de esas oraciones le confió un deseo: “Señor, me gustaría tener un trabajo normal en una empresa”. Aunque lo veía lejano, la vida le tenía preparado un camino distinto.
Antes de llegar a la Alcaldía, Dora era la dueña de un popular puesto de arepas, donde conoció, sin saberlo, a quien se convertiría en su “ángel de la guarda”. Esta clienta habitual, conmovida por su energía y dedicación, un día le prometió ayudarla a conseguir un empleo. “¿Pero haciendo qué?”, preguntó Dora con incredulidad. La respuesta fue tan clara como esperanzadora: “Usted tiene muchas capacidades”.
Pocos días después, con el apoyo de otra persona que la ayudó a organizar sus documentos, recibió la llamada que cambiaría su vida: “El lunes empieza a trabajar en la Alcaldía”.
Aquel primer día lo recuerda con emoción: llegó nerviosa, sin saber cuál sería su rol, pero fue recibida con aplausos, empatía y cariño por sus nuevos compañeros. Desde entonces, ha pasado por distintas áreas de la Secretaría, dejando una huella de esfuerzo, gratitud y compromiso.
Aunque ha enfrentado momentos de discriminación, Dora ha aprendido a no dejarse afectar:
“En la vida hay de todo tipo de personas —dice con serenidad—, y uno aprende a seguir adelante sin mirar atrás. Yo se lo dejo todo a Dios”.
Hoy, Dora se siente orgullosa de su recorrido y profundamente agradecida con quienes le abrieron las puertas. Su historia demuestra que la verdadera inclusión se construye con respeto, oportunidades y reconocimiento del valor humano.
Su liderazgo trasciende su puesto de trabajo: actualmente es representante de las personas de talla baja en el Comité Local de Discapacidad de la Comuna 6, donde promueve la participación y la defensa de los derechos de esta población.
La historia de Dora refleja la fuerza de cientos de personas de talla baja que cada día trabajan, sueñan y aportan al desarrollo de la sociedad. En Colombia, se estima que existen cerca de 8.000 personas de talla baja, con más de 250 condiciones médicas asociadas, siendo la deficiencia de la hormona del crecimiento una de las más comunes. En Santiago de Cali, el Programa de Atención a la Discapacidad de la Secretaría de Bienestar Social tiene registradas 75 personas de talla baja desde 2020, quienes acceden a sus beneficios y apoyos.
La historia de esta mujer caleña encarna el espíritu de una ciudad que se recupera, esa Cali incluyente y solidaria que impulsa el alcalde Alejandro Eder. Su ejemplo refleja cómo el compromiso y la fe también son motores de transformación social. Desde su labor en la Secretaría de Movilidad, Dora representa a los caleños que, con esfuerzo y esperanza, contribuyen cada día a reconstruir el tejido de una ciudad que vuelve a creer en sí misma.
Dora Ligia Motato es una de ellas: un ejemplo vivo de fe, gratitud y superación que nos recuerda que la inclusión verdadera comienza cuando somos capaces de ver más allá de las diferencias y reconocer el valor único e inmensurable de cada ser humano.
