
Imagen: Evan Vucci/AP/picture alliance
Es un gesto de balance para los europeos: por un lado, Donald Trump amenaza con establecer tarifas aduaneras y buscan mostrarse fuertes y unidos. Por otro lado, dependen de los Estados Unidos en términos de defensa.
El domingo por la noche, Donald Trump, el mandatario de Estados Unidos, lanzó una ofensiva contra la Unión Europea afirmando que lo que habían realizado era «infame». Los europeos no adquirieron vehículos ni bienes agrícolas a los estadounidenses; en realidad, no adquirieron «casi nada», sostuvo.
El mandatario de Estados Unidos hizo referencia al déficit comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos, estimado en 350.000 millones de dólares. La Unión Europea se empeñó en relativizar estos números. Si se incorporan los servicios, la brecha entre las exportaciones de la Unión Europea y las importaciones de Estados Unidos se disminuye a 50.000 millones de euros, aclaró Maros Sefcovic, Comisario de Comercio.
La UE confía en hacer frente a las amenazas arancelarias
Los líderes europeos respondieron unidos y confiados ante Washington, quien sostiene que «indudablemente» existirían tarifas aduaneras contra la UE. En relación a esto, Olaf Scholz, el canciller alemán, enfatizó que sería «perjudicial para los Estados Unidos» y «perjudicial para Europa». Sin embargo, también dejó en evidencia que un ambiente económico sólido podría responder con los mismos métodos.
El Primer Ministro de Luxemburgo, Luc Frieden, respondió de manera más nítida: «Si una persona desea una guerra comercial, la conseguirá». Sin embargo, simultáneamente, ambos líderes gubernamentales enfatizaron la relevancia que poseen para ellos las sólidas relaciones transatlánticas y la colaboración.

Imagen: Alexandros Michailidis/European Union
Entre cooperación y competencia
En el Centro Jacques Delors de Berlín, Arthur Leichthammer estudia el impacto de las decisiones políticas en la economía. Según su criterio, la UE requiere primordialmente a Estados Unidos, por ejemplo para respaldar a Ucrania, pero también como un mercado de ventas significativo.
De acuerdo con el politólogo, el escudo nuclear de Estados Unidos, la protección de la OTAN y la colaboración militar con los Estados Unidos son esenciales para la protección de Europa. Esta dependencia podría complicar la expresión de dureza. Sin embargo, es crucial mantener una política de disuasión conjunta y creíble frente a Donald Trump en cuanto a aduanas, declaró Leichthammer a DW.
Donald Trump ya estableció el ritmo de la colaboración dentro de la OTAN para los años venideros. Si se opta por la suya, los países aliados tendrán que destinar en el futuro el 5% de su producto interno bruto a la defensa, en vez del 2% que tienen actualmente.
Actualmente, la UE y sus países miembros buscan lograr una mayor independencia, resistencia y eficiencia en el ámbito de la defensa. Para conseguirlo, es necesario fortalecer la industria de defensa y comprar conjuntamente sistemas de armas. De acuerdo con la Comisión Europea, en los próximos diez años se requerirán inversiones de 500.000 millones de euros, aunque aún no se ha determinado de dónde provendrán dichos recursos.
¿Apaciguar a EE.UU. con la compra de armas?
Sin embargo, Leichthammer sostiene que también se debe aproximar Bruselas a Washington, debido a las dependencias presentes. Para ello, sería necesario ofrecer a Donald Trump la oportunidad de realizar un «acuerdo». Leichthammer sostiene que existen tres áreas apropiadas para ello: la adquisición de gas licuado de Estados Unidos, una cooperación más amplia con China y la adquisición de sistemas de armas de Estados Unidos.
Se ha debatido desde hace mucho en Bruselas si esto podría prevenir los aranceles de Estados Unidos sobre los productos de la Unión Europea. No obstante, Leichthammer declaró a DW que el desembolso en defensa a favor de la industria de Estados Unidos podría no tener éxito debido a Francia.
En cambio, la Comisión Europea tiene la responsabilidad de las futuras negociaciones en materia de aduanas. Su líder, Ursula von der Leyen, ya ha demostrado estar dispuesta a dialogar acerca del asunto de las importaciones de gas natural licuado. La Unión Europea aspira a mantenerse receptiva y pragmática al formar una relación más fuerte con Estados Unidos. Simultáneamente, protegerá sus propios intereses.

