El expresidente estadounidense Donald Trump ha adoptado una postura drástica al declarar que Estados Unidos atraviesa un “conflicto armado formal” con los carteles de la droga, según un aviso confidencial enviado esta semana al Congreso.
La administración Trump argumenta que los miembros de esos grupos deben considerarse “combatientes ilegales” y sus acciones —entre ellas, ataques navales y aéreos— como operaciones de guerra legítimas.
Según el aviso, que fue visto por medios locales, la estrategia busca legitimar las operaciones militares que el mandatario ha ordenado en el mar Caribe contra embarcaciones señaladas como vinculadas al narcotráfico, algunas con origen venezolano. En dichos ataques se reportan al menos 17 muertos.
Al calificar los carteles como “grupos armados no estatales” cuyos actos equivalen a ataques armados contra EE. UU., Trump pretende que sus acciones sean vistas como legítimas bajo un marco de conflicto armado, y no como asesinatos o acciones ilegales.
Para reforzar su acción, Estados Unidos ha desplegado una flota militar significativa en el Caribe: al menos ocho buques de guerra, un submarino de propulsión nuclear y más de 4.500 soldados. También se han movilizado aviones de combate F-35B desde Puerto Rico.
La ofensiva va acompañada de acusaciones contra el gobierno venezolano. Trump acusa al presidente Nicolás Maduro de liderar el llamado “Cartel de los Soles”, una organización que Washington tilda como terrorista por su vinculación con el narcotráfico, afirmaciones que Caracas rechaza rotundamente.
Respuesta venezolana
Venezuela ha reaccionado al anuncio activando un decreto de “conmoción exterior”, con el fin de otorgar poderes especiales al Estado en caso de agresión. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, advirtió que en caso de provocación podrían adoptarse medidas de movilización nacional.
Padrino también denunció lo que calificó como un “acoso militar” por parte de EE. UU., citando vuelos de aviones de combate cerca de las costas venezolanas en el Caribe. El gobierno venezolano considera que ese despliegue militar en la zona representa una amenaza directa a su soberanía.
Repercusiones e interrogantes
- La declaración formal de un conflicto armado contra organizaciones criminales no estatales representa un cambio en el uso del derecho internacional humanitario y los poderes del Ejecutivo en tiempo de guerra.
- El riesgo de confrontación diplomática es alto, pues la soberanía nacional de Venezuela —y otros países de la región— podría verse vulnerada si EE. UU. extiende sus operaciones militares en zonas marítimas o fronterizas.
- En países afectados por el narcotráfico, como Colombia, esta escalada puede generar presiones diplomáticas, operativas y de seguridad.
- Las garantías de derechos humanos en contextos de “guerra” suelen ser más restringidas, lo que podría legitimar acciones como detenciones especiales, operaciones encubiertas o menos supervisión judicial.




