DON CARLOS FUE ROBADO Y SECUESTRADO

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un conductor pensionado que trabajaba en plataformas digitales para complementar sus ingresos, vivió una pesadilla de 36 horas tras ser secuestrado por una banda delincuencial. El hecho ocurrió cuando aceptó un servicio aparentemente normal en el barrio Corinto de Suba, donde cuatro hombres armados lo redujeron y se apoderaron de su vehículo. Testigos reportaron haber visto a los sujetos merodeando en la zona horas antes del ataque, lo que sugiere que el crimen fue cuidadosamente planeado.

Los delincuentes trasladaron a Carlos a una vivienda en Suba Bilbao, donde lo mantuvieron atado y bajo constante amenaza. «Me golpeaban cada vez que preguntaba por qué me hacían esto», relata el hombre, quien fue privado de alimento y agua durante su cautiverio. El lugar presentaba características de ser usado frecuentemente para este tipo de ilícitos, con marcas en las paredes que indicarían que otras víctimas habían estado retenidas allí anteriormente. Vecinos del sector mencionaron haber escuchado gritos en los últimos meses, pero no denunciaron por temor a represalias.

El calvario terminó cuando los captores lo llevaron en un bicitaxi hasta las inmediaciones de la Juan N. Corpas, donde lo abandonaron semidesnudo y con las manos atadas. Un vendedor ambulante lo encontró en estado de shock y dio aviso a las autoridades. Las cámaras de seguridad de la zona captaron parte del operativo criminal, mostrando cómo los sujetos cambiaban de vehículo en distintos puntos para evadir a las autoridades. Investigadores creen que la banda opera con al menos seis integrantes que se turnan para vigilar a las víctimas y mover los carros robados.

«Ese carro representaba todo mi esfuerzo de años», lamenta Carlos, quien había invertido sus ahorros en el vehículo para garantizar el sustento familiar. Las autoridades confirmaron que se trata de una banda especializada en el robo de vehículos mediante este modus operandi, que ya habría dejado otras víctimas en la localidad. Datos de la Policía revelan que en los últimos tres meses se han reportado al menos siete casos similares en Suba, donde los criminales fingen ser pasajeros para emboscar a conductores de aplicaciones.

La Policía Metropolitana activó un plan especial para ubicar tanto a los responsables como al automotor robado. El operativo incluye controles en vías principales y revisión de cámaras de vigilancia en un radio de 20 kilómetros. Mientras tanto, Carlos recibe apoyo psicológico y trata de superar el trauma. «Solo pido que estos hombres paguen por lo que hicieron», expresó el afectado durante su declaración ante las autoridades. Organizaciones de conductores han programado una marcha pacífica para exigir mayor seguridad y medidas concretas contra este flagelo que afecta a cientos de trabajadores informales en la capital.

Nuevos detalles de la investigación

Fuentes cercanas al caso revelaron que la banda podría estar vinculada a redes de despiece de vehículos en Cundinamarca, donde modifican los autos robados para su posterior comercialización. Las autoridades analizan patrones de comportamiento y posibles conexiones con otros grupos criminales dedicados al hurto de automotores en Bogotá y municipios aledaños.

Impacto en la comunidad

El caso ha generado indignación entre los conductores de plataformas, quienes exigen que las empresas implementen mejores protocolos de seguridad. Muchos han optado por rechazar servicios en zonas consideradas peligrosas, afectando la movilidad en estos sectores. La Alcaldía Local de Suba anunció la instalación de nuevos puestos de vigilancia y la ampliación del programa «Taxi Seguro» para proteger a los trabajadores del transporte.


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