Doloroso asesinato de una mujer 

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La inseguridad en Puerto Tejada se ha salido de control. En los últimos días, el municipio ha sido escenario de una alarmante escalada de violencia, donde ni siquiera los hogares de los ciudadanos representan un refugio seguro. A pesar de las medidas implementadas por las autoridades, como el toque de queda y los patrullajes policiales, los hechos de sangre siguen en aumento, dejando a la población sumida en el miedo y la incertidumbre.

El caso más reciente y desgarrador ocurrió el día de ayer, cuando Fanny Neira Muñoz, una humilde mujer conocida por su dedicación y esfuerzo diario, fue asesinada dentro de su propia vivienda. Según versiones preliminares, un hombre irrumpió en su hogar con la intención de robar una de sus pertenencias. En medio del asalto, le disparó a quemarropa, dejándola gravemente herida.

A pesar de los esfuerzos por salvarle la vida, Fanny fue trasladada a un centro asistencial, donde los médicos no pudieron hacer nada para evitar su fallecimiento debido a la gravedad del impacto. Este homicidio ha generado conmoción en la comunidad, que exige respuestas y acciones concretas de las autoridades.

El asesinato de Fanny Neira Muñoz no es un hecho aislado. En lo que va de la semana, ya se han registrado cuatro homicidios con armas de fuego en Puerto Tejada. La violencia ha alcanzado niveles preocupantes, afectando tanto a jóvenes como a adultos, sin distinción de género o condición social.   Los habitantes denuncian que las bandas criminales han tomado el control de varias zonas del municipio, imponiendo el terror con asesinatos selectivos, robos y enfrentamientos armados. Pese a los operativos de seguridad y el refuerzo de la presencia policial, la delincuencia sigue operando con total impunidad.

Las autoridades han intentado contener la ola de violencia mediante el toque de queda y patrullajes constantes en los sectores más vulnerables. Sin embargo, la percepción de inseguridad no ha disminuido, ya que los hechos delictivos continúan ocurriendo a plena luz del día y en espacios donde las personas deberían sentirse protegidas, como sus propios hogares.

Líderes comunitarios y organizaciones civiles han alzado la voz, exigiendo un plan de seguridad más efectivo que involucre estrategias de inteligencia, desarticulación de bandas criminales y programas de prevención que ataquen las causas estructurales de la delincuencia.

Foto 1

Fanny Neira Muñoz, victima.


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