Funza amaneció con el corazón partido. Sebastián, un joven reciclador muy querido en el sector México, murió tras recibir varios disparos en plena vía pública. Dos hombres lo sorprendieron en la tarde del martes y lo atacaron sin cruzar palabra. Las balas lo derribaron de inmediato, frente a vecinos que no salían del asombro.
Los equipos de emergencia llegaron en pocos minutos, pero Sebastián ya no respondía. Las heridas fueron letales. En el lugar del crimen se congregaron familiares, conocidos y personas del barrio que lo reconocían por su labor diaria y su actitud amable.
Nadie logra entender por qué alguien quiso silenciar a un joven trabajador. Los residentes del sector exigen justicia y que se descubran cuanto antes los responsables. “Nadie tiene derecho a arrebatarle la vida a otro ser humano, por más errores que haya cometido. La justicia debe prevalecer”, expresó un vecino entre lágrimas.
Las autoridades ya iniciaron las investigaciones y recogen testimonios que ayuden a esclarecer los hechos. La comunidad espera que los agresores no queden en la impunidad. Sebastián no tenía enemigos conocidos ni antecedentes que indicaran una amenaza inminente.
El municipio despide a Sebastián con dolor y rabia. Su muerte deja un vacío que no se llena con palabras ni consuelo. Funza no quiere otro joven asesinado en sus calles. Clama por seguridad, justicia y verdad. Mientras tanto, la imagen de Sebastián, con su carretilla y su sonrisa habitual, queda grabada en la memoria de quienes lo veían como un ejemplo de lucha diaria.
