El valor del dólar terminaría el 2024 por encima de los $4.300, según un análisis financiero del profesor Giovanny Parra de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá.
Puedes leer: Tips para decorar su mesa en Navidad y Año Nuevo
De acuerdo con Parra, estos son los factores que podrían afectar el comportamiento de la tasa de cambio al cierre del año: efectos potenciales por el cambio de gobierno en Estados Unidos, al que llegará nuevamente Donald Trump como presidente el próximo 20 de enero de 2025.
Además, el dato de inflación en Estados Unidos será determinante y podría influir en la decisión que tomará la Reserva Federal (Fed) sobre el futuro de las tasas de interés en la penúltima semana de diciembre. De hecho, las recientes cifras de desempleo también auguran que puede haber un último recorte en las tasas de la Fed al cierre del año, de 0,25 puntos. Ese recorte podría también debilitar el dólar.
Y si bien el ‘timonazo’ que se presentó en el Ministerio de Hacienda, luego de la salida de Ricardo Bonilla y la designación de Diego Maestre, que estará al frente de esta cartera, no tuvo un efecto inmediato en el precio de la divisa americana; aún hay preocupación en los mercados por lo que podría generar este movimiento en el Gobierno de Gustavo Petro en el corto y mediano plazo.
Más del dólar
Además, hay incertidumbre por lo que pueda pasar con el presupuesto del próximo año en Colombia, pues la regla fiscal (cuyo cumplimiento está en duda) sigue causando expectativa y hay mucho nerviosismo por lo que pueda generar esta coyuntura en la reacción de las calificadoras de riesgo.
Además, Parra advierte que podría ser una buena decisión si se toma para cubrir obligaciones inmediatas o viajar al exterior en las próximas semanas, pero, si es para inversión a largo plazo, es mejor tener prudencia, teniendo en cuenta la posibilidad de que el peso se estabilice.
A los interesados en invertir, el analista les recomienda diversificar, invertir en activos en pesos y en dólares para mitigar el riesgo de movimientos abruptos en el mercado; monitorear las políticas internacionales (como decisiones de la Fed y los precios del petróleo) y apoyarse en herramientas financieras.




