La comunidad del barrio Danubio, en la localidad de Usme, se encuentra consternada tras conocerse un nuevo caso de abuso sexual contra dos niñas de cinco años en el colegio Pablo Freire. Las denuncias, interpuestas por las madres de las menores, señalan al profesor de música Jorge Andrés Rodríguez Ríos como presunto agresor. Según los relatos, el docente aprovechaba su posición para llevar a las niñas al baño y tocar sus partes íntimas.
Los síntomas que encendieron las alarmas
Una de las madres explicó que comenzó a sospechar al notar cambios drásticos en el comportamiento de su hija. «Llegaba orinada del colegio, no quería comer y lloraba cuando le preguntábamos qué le pasaba», relató. Fue después de insistir que la menor confesó lo ocurrido: el profesor la llevaba a un baño dentro de la institución y abusaba de ella. La situación se agravó cuando otra familia denunció un caso similar, confirmando que su hija también había sido víctima del mismo docente.
Negligencia del colegio y protesta de padres
Las familias acusan al colegio de no actuar a tiempo. Aseguran que, aunque la directora recibió una alerta desde el 26 de mayo, las medidas tomadas fueron insuficientes. «Le dijeron a la comunidad que el profesor estaba incapacitado, pero eso no explica por qué lo dejaron salir sin enfrentar consecuencias», denunció una de las madres. La indignación creció al descubrir que Rodríguez Ríos logró huir antes de que las autoridades lo detuvieran.
Ante la falta de respuestas claras, decenas de padres y vecinos realizaron un plantón frente al colegio el pasado 11 de julio. La protesta, inicialmente pacífica, escaló cuando algunos manifestantes, frustrados por la inacción, forzaron las puertas, rompieron ventanas y entraron al plantel educativo. «No vamos a permitir que nuestros hijos sigan en peligro», gritaban los presentes.
Respuesta de las directivas y autoridades
La directora del colegio, en declaraciones a la prensa, aseguró que el profesor fue despedido tan pronto como se conocieron los hechos. Sin embargo, las familias exigen una explicación más detallada sobre por qué no se activaron protocolos de protección infantil de inmediato. «No es solo despedirlo, es garantizar que esto no vuelva a pasar», exigió una de las afectadas.
Las autoridades ya iniciaron una investigación en contra del docente, quien permanece en paradero desconocido. Mientras tanto, la comunidad sigue en alerta, exigiendo justicia para las niñas y medidas concretas para fortalecer la seguridad en las instituciones educativas.
Un llamado a la acción
Este caso no solo revela fallas en los protocolos de protección a menores, sino que también evidencia la urgencia de reformas en el sistema educativo para prevenir y actuar con contundencia frente a estos delitos. Las familias afectadas prometen no cesar en su lucha hasta que se haga justicia y se garantice que ningún otro niño vuelva a pasar por lo mismo.
