En el Cauca, una comunidad lleva más de una década esperando la entrega de un megacolegio que se prometió como solución educativa para cientos de niños y jóvenes. Hoy, la infraestructura permanece a medio construir, en ruinas, sin techo ni pupitres, y sin esperanza clara de finalización.
El proyecto, anunciado en 2012 como parte de un ambicioso plan de mejoramiento de la calidad educativa rural, se ha convertido en un símbolo del abandono estatal. A pesar de múltiples anuncios, actos públicos e incluso recursos desembolsados, la obra nunca se terminó.
“Ya no es solo indignación, es rabia acumulada. Los niños siguen estudiando en cambuches mientras ese colegio se pudre entre el monte. ¿Qué más tenemos que esperar?”, afirma doña Estela, lideresa comunal de la zona afectada.
Ante la falta de soluciones, la comunidad ha decidido anunciar bloqueos pacíficos sobre la vía Panamericana, como medida de presión para que el Gobierno Nacional y el Ministerio de Educación se pronuncien y actúen de manera concreta. Exigen una fecha firme de reinicio y entrega definitiva de las obras.
“No queremos más promesas, queremos respuestas reales. No es justo que en otras regiones se inauguren colegios de lujo mientras aquí los niños estudian al aire libre”, dijo un vocero estudiantil.
La vía Panamericana, eje crucial de conexión entre el suroccidente y el interior del país, podría nuevamente convertirse en epicentro de la protesta social, si no se atiende esta demanda que, más allá de infraestructura, reclama dignidad, equidad y justicia educativa.
Hasta el momento, ni la Gobernación ni el Ministerio han emitido una respuesta oficial. Sin embargo, la comunidad insiste: “si no hay soluciones, habrá movilización”.



