El municipio de laboyano volvió a ser escenario de hechos violentos tras el registro de dos homicidios entre la noche del viernes 19 y el domingo 21 de septiembre. Los casos, ocurridos en la zona rural y urbana, reavivan el temor ciudadano en una localidad que enfrenta una preocupante racha de inseguridad.
Primer caso en zona rural
El primer crimen se reportó en la vía que conduce del corregimiento de Criollo hacia la vereda Versalles, un corredor rural señalado reiteradamente por los habitantes como escenario de frecuentes asaltos. Allí fue hallado sin vida Edinson Stiven Losada Bolaños, de 17 años, natural de Isnos.
Según versiones preliminares, el joven habría participado en un intento de hurto junto a otros sujetos. El cuerpo fue encontrado con las manos atadas y un disparo en la cabeza, un signo de ejecución que eleva las dudas sobre las circunstancias del hecho.
En la escena también aparecieron dos motocicletas incineradas, presuntamente utilizadas en la acción delictiva. Las autoridades investigan si este suceso corresponde a un ajuste de cuentas o a la reacción violenta de las víctimas de un posible robo.
Violencia en casco
El segundo hecho se produjo la tarde del domingo en el barrio Porvenir. Allí, Brayan Eduardo Samboní Uiles, de 22 años, fue interceptado por dos hombres en motocicleta. Uno de ellos lo atacó con disparos a quemarropa. Aunque fue trasladado de urgencia al Hospital Departamental San Antonio, ingresó sin signos vitales.
Samboní Uiles era conocido por las autoridades como un actor criminal recurrente, con antecedentes por hurto, tráfico de estupefacientes y fuga de presos. Incluso había sido capturado en marzo pasado por porte y comercialización de drogas. En el lugar, la Policía halló la motocicleta utilizada en el ataque, que será clave para avanzar en las investigaciones.
Comunidad exige respuestas
Aunque ambas víctimas presentaban prontuarios delictivos, los homicidios no dejan de preocupar a los habitantes de Pitalito. Los hechos reflejan un clima de inseguridad cada vez más palpable, con 37 muertes violentas registradas en lo que va del año.
La comunidad insiste en que la criminalidad se ha expandido tanto en zonas rurales como en barrios urbanos, donde hurtos, ajustes de cuentas y homicidios ocurren con creciente frecuencia. Vecinos del corregimiento de Criollo y residentes del barrio Porvenir reclaman mayor presencia policial y acciones contundentes de la Alcaldía para recuperar la tranquilidad.
Por ahora, la Fiscalía y la SIJIN avanzan en la recolección de pruebas que permitan esclarecer los móviles y responsables de ambos hechos. Sin embargo, la percepción ciudadana es clara: la violencia en Pitalito está alcanzando niveles alarmantes y las autoridades parecen reaccionar tarde frente a una espiral que amenaza con desbordarse.




