Estudiantes de la Institución Educativa Oficial Eva Riascos Plata plasmaron en carteleras su biblioteca soñada, durante un taller en el que representantes de todos los grupos del plantel expusieron las propuestas de sus compañeros.
La actividad hace parte de la segunda etapa del proyecto Mi biblioteca soñada, con el cual se busca que los niños, niñas y jóvenes de las instituciones focalizadas se sueñen su biblioteca escolar y propongan un diseño para el espacio bibliotecario de su institución.
En la primera fase, se había socializado la intervención del espacio con las instituciones Jesús Villafañe Franco, Eva Riascos Plata y la sede Nuevo Amanecer, adscrita a la Institución Técnica Industrial Ciudadela Desepaz.
La tercera etapa contempla la materialización de los sueños de la biblioteca, para lo cual se lanzará un concurso entre las facultades de Arquitectura y Diseño Industrial de las universidades de la ciudad para que transformen las ideas de los sueños de los niños y niñas y los plasmen en propuestas que deberán ser aprobadas por los mismos estudiantes. Además, se entregará el mobiliario, los libros y el material didáctico.
Adriana María de la Hoz Caro, líder de Desarrollo de Competencias Básicas, en la Secretaría de Educación Distrital, argumentó: “Se invitó a los niños, niñas y jóvenes a que participaran del proyecto porque las bibliotecas escolares y, en general, los espacios de una institución deben responder a las necesidades e intereses de la comunidad educativa”.
“Además, los estudiantes son el eje central del proceso de aprendizaje, y son ellos quienes van a disfrutar y a aprovechar estos espacios”, agregó la servidora pública.
Para Luz Ángela Salamanca, docente de castellano de la Institución, en esta segunda etapa, el taller les permitió a los estudiantes aterrizar las ideas que tenían sobre lo que para ellos sería su
biblioteca ideal: “Soñaron, inicialmente, con cosas que para sus mismos compañeros eran absurdas pero que, poco a poco, se fueron dando cuenta que lo que tenían debían mejorarlo con ideas aterrizadas, con ideas que les dieran oportunidad para encontrarse más cerca de la lectura”.
Juan Ospina, estudiante de grado noveno, propuso que en la biblioteca haya más libros de literatura juvenil y otros formatos como caricaturas para que los estudiantes se interesen más en la lectura, siendo esta una gran forma de motivar a los más jóvenes por esta gran actividad.
