Recientes hostigamientos contra la Fuerza Pública han sido reportados en Silvia y Toribío, en el nororiente del Cauca. El 1 de octubre, en Silvia, la Policía Nacional reportó el robo de una camioneta que culminó en un ataque armado a la estación. Según el Consejo Territorial de Autoridades Indígenas del Oriente Caucano (Cotaindoc), la población sufre hostigamientos de un grupo armado ilegal. Las confrontaciones se extendieron hasta el sector de Las Cruces.
Tras el ataque, efectivos del Ejército llegaron a Silvia para apoyar a la Policía, que se atrincheró en la estación. El Observatorio de Derechos Humanos del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric) reportó que varios civiles del pueblo Quisgó fueron retenidos ilegalmente durante horas. Como respuesta, las comunidades indígenas emitieron alertas en redes sociales y emisoras locales para evitar movilizaciones y proteger a los pobladores.
En Toribío, en las zonas de Asomadero y Tacueyó, también se registró un ataque armado contra las tropas del Ejército. La intensidad de los combates obligó a suspender una actividad religiosa y confinó a varias familias.
El hostigamiento en Toribío comenzó el 29 de septiembre, cuando unidades militares llegaron a Los Andes para combatir las actividades ilegales de las disidencias de las Farc. Los enfrentamientos del 30 de septiembre fueron intensos en la parte alta de Tacueyó. El brigadier general Federico Mejía, jefe del comando específico del Cauca del Ejército, atribuyó esta situación a los operativos militares contra el grupo armado y destacó que, en los últimos meses, se han incautado más de 61 toneladas de marihuana en la región.
El Cric condenó la violencia y exigió el respeto a los derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario, pidiendo al Gobierno que implemente medidas efectivas para frenar la ola de violencia. Las autoridades identifican a la estructura ‘Dagoberto Ramos’, disidencia de las Farc, como responsable de ambos ataques. No se reportaron víctimas ni heridos en ninguno de los incidentes.
