Comerciantes del departamento de Meta se encuentran bajo una intensa presión tras recibir panfletos de las disidencias de las FARC ordenando el cierre inmediato de sus establecimientos. Estos panfletos, firmados por alias Calarcá, jefe negociador de las disidencias de las FARC con el gobierno de Gustavo Petro, han generado un clima de temor y preocupación entre los habitantes y comerciantes de la región.
Los ciudadanos han denunciado que, por miedo a represalias, han tenido que pagar extorsiones a los grupos armados. Los comerciantes se ven forzados a cerrar sus negocios, lo que afecta la economía local y agrava la inseguridad en la región. La medida intimidatoria de las disidencias busca establecer un control territorial más rígido y enviar un mensaje de poder y autoridad en la zona.
Las autoridades locales han incrementado la presencia policial en las áreas afectadas para garantizar la seguridad de los ciudadanos y tratar de restablecer la normalidad. Sin embargo, los esfuerzos de las fuerzas del orden parecen insuficientes para contrarrestar la influencia de las disidencias, que continúan ejerciendo su poder a través de amenazas y violencia.
Alias Calarcá, el firmante de los panfletos, es conocido por ser uno de los jefes negociadores de las disidencias de las FARC en las conversaciones con el gobierno de Gustavo Petro. Estas facciones disidentes se formaron tras la firma del acuerdo de paz de 2016, cuando algunos excombatientes de las FARC decidieron continuar con la lucha armada y no desmovilizarse.
La situación en Meta refleja los desafíos continuos que enfrenta Colombia en su lucha por la paz y la seguridad. A pesar de los esfuerzos del gobierno para negociar con las disidencias, los episodios de violencia y coerción siguen siendo frecuentes en varias regiones del país.
Impacto en la Comunidad
La comunidad en Meta está viviendo momentos de alta tensión. Los comerciantes, en particular, se encuentran en una situación vulnerable, teniendo que elegir entre cerrar sus negocios o enfrentar posibles represalias por parte de las disidencias. Esta situación ha generado un impacto económico negativo, ya que el cierre de establecimientos comerciales afecta el sustento de muchas familias y debilita la economía local.
Las autoridades nacionales han prometido tomar medidas más contundentes para proteger a la población y contrarrestar las acciones de los grupos armados ilegales. Sin embargo, la comunidad expresa su escepticismo, pues sienten que la respuesta gubernamental ha sido lenta y poco efectiva.
“Vivimos con miedo constante. No sabemos si podremos abrir nuestros negocios mañana o si seremos víctimas de extorsión o algo peor,” declaró un comerciante local que prefirió mantenerse en el anonimato.
El incidente en Meta pone de manifiesto la persistente influencia de las disidencias de las FARC y los desafíos que enfrenta Colombia para lograr una paz duradera. La respuesta efectiva y rápida del gobierno y las fuerzas de seguridad será crucial para garantizar la protección de los ciudadanos y la estabilidad de la región. Mientras tanto, la comunidad de Meta sigue luchando por mantener su vida cotidiana en medio de la incertidumbre y el miedo.




