En un partido en el que su equipo fue superado por un rival, en teoría, de menor jerarquía, quedó en evidencia la desconexión entre el plantel y su proyecto, dando como resultado una de las presentaciones más pobres de su etapa al frente del equipo, ya golpeada por la temprana eliminación en la fase previa de la Copa Libertadores. “Fue un partido muy difícil de explicar, sobre todo por cómo se dieron las situaciones.
El rival apenas remató una vez al arco y nos marcó tres goles. Eso es producto de desconcentraciones nuestras en momentos clave”, manifestó el técnico.
El estratega reconoció que, si bien sus dirigidos intentaron corregir el rumbo, las fallas estructurales no dejaron de manifestarse. En la cancha complicada de Envigado, el ímpetu de los juveniles locales superó con claridad a la experiencia de una nómina que, a juicio de muchos, parece haber perdido el hambre competitiva.
“Tuvimos muchas interrupciones en los primeros 20 minutos, nos costó generar juego en campo contrario. Después del empate, nos sentimos más cómodos ofensivamente, pero en el segundo tiempo, cuando aún no nos habíamos asentado, llegó el segundo gol del rival. Ese tanto cambió todo el rumbo del partido”, explicó el técnico ante los medios, en una intervención que reflejó más resignación que autocrítica.




