Dos fósiles excepcionalmente bien conservados de Edmontosaurio hallados en Wyoming han sorprendido a los paleontólogos al mostrar detalles de la piel, las escamas y, lo más inesperado, pezuñas en los pies, una adaptación evolutiva hasta ahora desconocida.
Los ejemplares, apodados “momias” por su extraordinaria conservación, pertenecen a un adulto de 12 metros y a un juvenil de apenas seis metros, y datan del Cretácico tardío, hace unos 66 millones de años. Su preservación se debió a una fina capa de arcilla de apenas 0,025 cm que recubrió sus cuerpos tras la muerte, dejando impresos contornos y detalles anatómicos con una fidelidad sin precedentes.
“Por primera vez podemos ver el perfil completo de un dinosaurio y estar seguros de cómo se veía”, comenta Paul Sereno, paleontólogo de la Universidad de Chicago y líder del estudio publicado en la revista Science.
La “vaca” de su época
El Edmontosaurio era un herbívoro con pico de pato, muy abundante en su ecosistema. Sereno lo describe como la “vaca de su época”: se desplazaba en grandes manadas y compartía territorio con otros dinosaurios icónicos como el Triceratops, el Anquilosaurio y el temible Tyrannosaurus rex, su principal depredador.
El hallazgo de estas momias no solo permite reconstruir su apariencia externa, sino también entender mejor su biología y comportamiento. La presencia de pezuñas sugiere adaptaciones para caminar en terrenos específicos, un detalle que podría replantear teorías sobre la locomoción de los dinosaurios hadrosaurios.
“Cada vez que encontramos un fósil así, es un verdadero tesoro de información sobre estos animales”, afirma Stephanie Drumheller, paleontóloga de la Universidad de Tennessee, quien no participó en el estudio.
Estos descubrimientos ofrecen una ventana única al mundo del Cretácico tardío y permiten a los científicos visualizar con precisión cómo eran algunos de los gigantes herbívoros que compartieron la Tierra con los depredadores más famosos de la historia.
