Aunque parezca un gesto cotidiano, lavarse las manos con agua y jabón sigue siendo una de las herramientas más poderosas para prevenir enfermedades y salvar vidas. Cada 15 de octubre se celebra el Día Mundial del Lavado de Manos, una fecha promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF para recordar la importancia de este hábito esencial en el cuidado de la salud.
El objetivo de esta conmemoración es crear conciencia sobre la necesidad del lavado de manos como medida fundamental de prevención. En muchas regiones del mundo, millones de personas aún no tienen acceso a agua limpia ni a instalaciones adecuadas de higiene, lo que incrementa el riesgo de enfermedades infecciosas.
Según la OMS, el lavado correcto de manos puede reducir hasta en un 40% las enfermedades diarreicas y en un 20% las infecciones respiratorias, siendo especialmente beneficioso para los niños y adultos mayores.
La doctora María Torres, vocera de la OMS en temas de higiene, señaló que “promover el lavado de manos es una de las intervenciones más simples y efectivas para proteger la salud, especialmente de los más pequeños.”
Durante esta jornada, instituciones educativas, hospitales y comunidades de todo el mundo realizan campañas y actividades pedagógicas para enseñar la técnica adecuada del lavado de manos, enfatizando los momentos clave: antes de comer o preparar alimentos, después de ir al baño, y tras toser o estornudar.
A pesar de los avances, la realidad aún preocupa: más del 30% de la población mundial no dispone de instalaciones adecuadas para lavarse las manos en sus hogares. Este dato refuerza la necesidad de seguir impulsando políticas públicas y acciones educativas que garanticen la higiene como un derecho básico.
En este Día Mundial del Lavado de Manos, el mensaje es claro: unas manos limpias pueden salvar vidas. Lavarse las manos no solo refleja higiene personal, sino también responsabilidad, solidaridad y compromiso con la salud colectiva.

