Este 5 de noviembre, el mundo recuerda la importancia de estar preparados ante uno de los fenómenos naturales más devastadores: el tsunami. La fecha fue instaurada por las Naciones Unidas en 2015, con el objetivo de fomentar la educación, la prevención y la resiliencia comunitaria frente a estas olas gigantes que pueden transformar costas en minutos.
¿Qué es un tsunami y cómo se origina?
La palabra “tsunami” proviene del japonés y significa “ola de puerto”. Se trata de una serie de olas que se generan por una alteración brusca en el fondo del océano. La causa más común son los terremotos submarinos, aunque también pueden originarse por erupciones volcánicas, deslizamientos de tierra o incluso el impacto de un meteorito.
Estas olas pueden alcanzar más de 30 metros de altura y desplazarse a gran velocidad, provocando inundaciones, destrucción de infraestructura y pérdida de vidas humanas. Aunque no ocurren con frecuencia, su impacto puede ser catastrófico. Desde 1900, se han registrado 58 tsunamis que causaron más de 260 000 muertes en todo el mundo.
Una historia que inspira prevención
La conmemoración tiene sus raíces en una leyenda japonesa llamada Inamura-no-hi, que significa “las gavillas de arroz en llamas”. En ella, Hamaguchi Goryō, tras sentir un terremoto, prendió fuego a sus campos para alertar a su comunidad del peligro inminente. Gracias a su acción, todos lograron ponerse a salvo. Este gesto se convirtió en símbolo de solidaridad y educación preventiva.
Tsunami Ready: preparar comunidades costeras
La campaña de este año se enfoca en el programa Tsunami Ready, impulsado por la UNESCO. Su meta es fortalecer la preparación de las comunidades costeras mediante simulacros, rutas de evacuación, sistemas de alerta temprana y educación ciudadana. También se ha creado un visor interactivo que permite identificar zonas vulnerables y planificar acciones concretas.
Invertir en infraestructura, tecnología y formación no es un gasto, sino una inversión en seguridad y sostenibilidad. En países como Chile, el monitoreo está a cargo del SHOA y el SENAPRED, quienes emiten alertas y coordinan la respuesta ante emergencias.
¿Y Colombia?
Aunque el país no se encuentra en el epicentro del “anillo de fuego”, sí tiene costas expuestas en el Pacífico y el Caribe. Por eso, adoptar estrategias como Tsunami Ready y promover la educación preventiva en zonas costeras puede marcar la diferencia. La preparación comunitaria es clave para reducir riesgos y proteger vidas.
Este 5 de noviembre, el Día Mundial de Concienciación sobre los Tsunamis nos recuerda que el conocimiento salva. Y que, con voluntad y acción, podemos evitar que la naturaleza se convierta en tragedia.




