En la mayoría de los países del mundo, el Día del Padre se celebra en junio. El origen de la conmemoración viene de Estados Unidos, cuando Sonora Smart Dodd, una feligresa metodista, propuso que, así como había una fecha especial para las madres, también se hiciera para ellos. Para ello, propuso que fuera el 5 de junio, el día del cumpleaños de su padre, pero las autoridades de la iglesia establecieron que fuera el tercer domingo del mes, fecha que se mantiene hasta nuestros días. Corría el año de 1910.
Pero, ¿qué hace a un padre? Hay algo claro: padre no es quien solo engendra, sino aquel que cría y acompaña… incluso más allá de las diferencias temporales o disgustos, que en muchas ocasiones son inevitables y propias de la condición humana. Aun así, el amor siempre permanece. Igualmente, ya con menos trascendentalismos, si hay algo que caracteriza a un padre son sus frases: algunas de cajón, otras llenas de sabiduría. Veamos algunas de ellas:
“Pregúntele a su mamá”
Es inevitable no sonreír al escucharla. Es la frase clásica de todo papá cuando quiere hacerse ‘el loco’ con alguna pregunta o decisión incómoda, o cuando no está seguro de la respuesta. Esto nos demuestra que, al final de toda la historia, son las madres las que tienen la última palabra en el hogar y quienes hacen respetar los límites.
“Si sus amigos se tiran de un puente, ¿usted también?”
Esta es otra frase característica de los padres, en la que apelan a una lógica irrefutable, haciéndonos reflexionar sobre los peligros que pueden generar las malas influencias de quienes creemos nuestros amigos. Muchas vidas y futuros se han salvado por estas palabras, no hay la menor duda.
“No te voy a soltar, tranquilo”
Esta frase, que se escucha quizás por primera vez cuando se aprende a montar bicicleta, es una constante en la vida de todos los hijos. Puede que pase desapercibida o que simplemente no haya necesidad de pronunciarla en palabras, pero es, sin ninguna duda, la principal cualidad de un padre: acompañar de manera desprendida, con amor absoluto, sin esperar nada a cambio.
“¡Porque yo soy su papá y punto!”
Esta es la declaración definitiva, la última palabra. Cuando llegamos a ella, se nos hace saber que la ascendencia y la autoridad no se cuestionan, siempre y cuando estén mediadas por el amor, la ternura y las buenas intenciones. Muchas veces no entendemos esta expresión, pero habrá un momento en que todo cobre lógica. Es la voz de la experiencia la que nos habla en ese momento.
“¿Ya comiste?”
La frase que trasciende generaciones y culturas, porque el amor de padre siempre pasa por el estómago. No importa la hora ni el lugar, un buen padre se asegura de que a sus hijos no les falte bocado, porque no hay mayor símbolo de cuidado y protección.
“Te lo dije”
El clásico “te lo dije” viene justo después de que algo no sale como esperábamos. Papá, con un tono severo pero aderezado de suficiencia, nos recuerda que la experiencia no se improvisa. Aunque a veces nos moleste, esa frase esconde un cariño que solo se entiende cuando uno se convierte en padre.
“Te amo, hijo” o “Te amo, hija”
Para expresar esta frase muchas veces no hay que abrir los labios. La mayor parte de las veces, una mirada, un gesto o, incluso, un silencio (así sea largo) puede expresar ese sentimiento en toda su dimensión. El amor de un padre, como el de una madre, es incondicional, y es un regalo eterno y constante que debemos permitir que entre a nuestros corazones.
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¡Feliz día a todos los papás colombianos!




