El desbordamiento del río ha destruido parte de la bancada de una estructura vial clave para la movilidad rural, dejando a varias veredas incomunicadas y a decenas de familias atrapadas, sin posibilidad de salir ni recibir ayuda.
Pero no se trata de un hecho aislado: en múltiples municipios se reportan viviendas anegadas, cultivos arrasados, puentes al borde del colapso y un creciente número de damnificados.
La situación es crítica. Las comunidades claman por auxilio mientras las autoridades locales emiten reportes y solicitan con urgencia la intervención del gobierno departamental y nacional.
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