Destapa irregularidades en colegio privado

La secretaria de Educación de Neiva, Amelia Monroy, dio a conocer la investigación al Colegio Heinsenberg por posibles irregularidades en matrículas.
La secretaria de Educación de Neiva, Amelia Monroy, dio a conocer la investigación al Colegio Heinsenberg por posibles irregularidades en matrículas.
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La comunidad educativa de Neiva recibió con sorpresa la confirmación de que el Colegio Heinsenberg, uno de los privados más conocidos en ciertos sectores de la ciudad, está siendo investigado por la Secretaría de Educación Municipal. La propia secretaria, Amelia Monroy, reveló que sobre esta institución pesan denuncias de presuntas irregularidades que, de comprobarse, podrían derivar incluso en el cierre del plantel.

Matrículas bajo sospecha

Según explicó la funcionaria, la investigación se originó tras reportes que señalan que el colegio estaría matriculando menores de edad en programas sabatinos y de validación, modalidades que no corresponden a quienes aún deben estar en el ciclo regular de lunes a viernes. Este tipo de prácticas, de confirmarse, irían en contra de las disposiciones del Ministerio de Educación y pondrían en riesgo la calidad de la enseñanza.

“No se puede flexibilizar la educación al punto de sacrificar la calidad. Si los niños deben estar en la jornada regular, así debe cumplirse”, indicó Monroy.

La denuncia, que corre de boca en boca en barrios y redes sociales, ha encendido las alarmas entre padres de familia que confiaron en el colegio como una alternativa “rápida y eficaz” para la formación de sus hijos. La polémica está servida: ¿es un error administrativo o un negocio a costa de los estudiantes?

Calidad en entredicho

El caso no se limita solo a las matrículas. También están bajo la lupa las condiciones estructurales del colegio, su capacidad de aforo y la garantía de una educación digna.

“Los establecimientos privados deben cumplir parámetros muy claros. La educación no puede convertirse únicamente en un negocio”, advirtió Monroy, en un mensaje que muchos interpretan como crítica al modelo de instituciones que privilegian la matrícula masiva sobre la formación.

La investigación está en manos de la Oficina de Inspección y Vigilancia, que determinará si las anomalías detectadas son subsanables o si ameritan sanciones. Entre las medidas posibles está el cierre, aunque la secretaria reconoce que esa sería “la última opción” tras agotar todas las etapas legales.

Padres en incertidumbre

Mientras la investigación avanza, los padres viven en la zozobra. Un cierre del colegio significaría buscar cupos de emergencia en otros planteles, algo complejo en una ciudad con alta demanda educativa.

“Nos preocupa que los niños sean los que paguen los platos rotos. Uno confía en un colegio privado porque cree que hay garantías, pero ahora nos dicen que ni siquiera cumplen con lo básico”, comentó una madre que prefirió reservar su identidad.

Otros, en cambio, defienden al Heinsenberg y aseguran que allí han encontrado una opción flexible y asequible, sobre todo en sectores donde la educación pública presenta falencias.

El caso expone nuevamente la fragilidad del sistema educativo en Neiva y el dilema entre calidad y lucro. La comunidad espera respuestas rápidas, porque en medio de la polémica, los más afectados siguen siendo los estudiantes.


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