En el municipio de Acacías, la administración del alcalde Carlos Julio Plata se
encuentra en el centro de una creciente controversia política tras destinar millonarios
recursos públicos a la realización del Festival del Retorno 2025, mientras obras
turísticas de gran importancia permanecen en abandono.
Quejas
Según documentos oficiales, hace pocas semanas la Alcaldía firmó un contrato de
publicidad por más de 400 millones de pesos para promocionar el festival. A esto se
suma la proyección de adjudicar más de 7.000 millones de pesos en logística, artistas y
operación del evento, lo que eleva las críticas de sectores ciudadanos y políticos que
cuestionan las prioridades del mandatario.
El aspecto más polémico radica en que la programación del festival ya fue definida y
divulgada, pese a que los contratos aún no han sido adjudicados oficialmente. Para
críticos de la gestión de Plata, este hecho refleja un posible direccionamiento de los
procesos en favor de contratistas recurrentes, lo que pondría en entredicho la
transparencia y limitaría la pluralidad de oferentes.
A la par de esta polémica, la administración impulsa ante el Concejo Municipal la
aprobación de un crédito por 20 mil millones de pesos. Según sectores opositores, la
coincidencia entre la solicitud de este empréstito y los compromisos financieros del
festival plantea serios cuestionamientos sobre la destinación real de dichos recursos.
“La discusión en el Concejo no es sobre el bienestar de la comunidad, sino sobre dar
vía libre a un paquete de contratos que solo fortalecen favores políticos”, afirmaron
líderes locales.
Obras inconclusas
Mientras tanto, el deteriorado malecón turístico de Acacías continúa sin proyectos de
recuperación y no se anuncian nuevas infraestructuras que garanticen un impacto
duradero en el turismo regional. En contraste, la programación del Festival del Retorno
avanza con rapidez, centrada en conciertos, parrandas y exhibiciones de caballos.
Para sectores comunitarios y veedores ciudadanos, la actual situación no es más que
la muestra de una política pública volcada al espectáculo, en detrimento de la inversión
social y turística que realmente requiere el municipio.




