Una explotación minera que funcionaba sin los permisos ambientales requeridos fue clausurada en las últimas horas en la vereda Ramada Flórez, municipio de Lenguazaque, Cundinamarca. El operativo fue liderado por la Corporación Autónoma Regional (CAR) y contó con el acompañamiento de la Policía Nacional, en una acción sorpresa que permitió frenar la actividad extractiva ilegal.
Aunque el predio contaba con concesión minera, las labores de extracción se adelantaban sin licencia ambiental, lo que representa una violación a la normativa vigente y un riesgo evidente para el ecosistema. Durante la intervención se halló una infraestructura de gran escala que incluía tolva metálica de 60 toneladas, bocamina, malacate industrial y grandes áreas de acopio de material.
Expertos de la CAR evidenciaron múltiples afectaciones al ambiente: pérdida de vegetación nativa en más de 700 metros cuadrados, alteración del paisaje natural, contaminación del suelo por metales pesados y presencia de vertimientos de aguas ácidas. Todo esto pone en peligro la biodiversidad local y agrava la degradación ambiental en una zona clave de la región.
La autoridad ambiental confirmó la suspensión inmediata de la actividad minera y anunció procesos sancionatorios en contra de los responsables, quienes ya fueron dejados a disposición de la Fiscalía. Además, insistieron en que no permitirán que actividades ilegales sigan deteriorando los recursos naturales de Cundinamarca.
El caso se convierte en un nuevo llamado de atención sobre la necesidad de reforzar la vigilancia ambiental en zonas rurales, donde persisten prácticas mineras fuera de la ley que comprometen la sostenibilidad de los territorios.




