“¡Dejemos entrar la paz de Cristo en nuestras vidas, en nuestras casas y en nuestros países!”, fueron las palabras del Santo Padre quien al cierre de la Semana Santa y en el día de la resurrección recordó que “ante los signos persistentes de la guerra, como en las muchas y dolorosas derrotas de la vida.
Agregó «Cristo, vencedor del pecado, del miedo y de la muerte, nos exhorta a no rendirnos frente al mal y a la violencia”.
El Pontífice pidió “¡Dejémonos vencer por la paz de Cristo!” porque “¡La paz es posible, la paz es necesaria, la paz es la principal responsabilidad de todos!”.
Después de dos años de pandemia por el COVID-19 y que obligó al mundo católico a vivir la pasión, muerte y resurrección de Jesús confinados, los fieles acudieron de forma masiva a las celebraciones en el Vaticano. El papa Francisco en cada una de las celebraciones oró por la paz y especialmente para frenar la guerra entre Ucrania y Rusia.
Hoy día de Resurrección desde el Vaticano se realizará la misa del Domingo de Pascua y donde se hará la bendición Urbi et Orbi, que sólo se imparte en Roma en dos fechas: el Domingo de Resurrección y el 25 de diciembre.
En esta bendición papal, el Santo Padre bendice a los fieles católicos y les otorga la remisión por las penas debidas por pecados ya perdonas. Es decir, la persona vuelve a estar en gracia de Dios, por lo cual se salvará si no vuelve a caer en pecado mortal.
De acuerdo a las creencias de los fieles, la bendición Urbi et Orbi se cumple para toda persona que la reciba con fe y devoción.
«La paz es necesaria y es posible, es la responsabilidad de todos», fue el grito de suplica del Santo Padre.
Ucrania
Al final de su mensaje pidió «No nos acostumbremos a la guerra». Agregó Francisco que lleva en su corazón a las víctimas, refugiados, ancianos y a las ciudades arrasadas en Ucrania. Pero también a los niños que sufren.
“La martirizada Ucrania, tan duramente probada por la violencia y la destrucción de la guerra cruel e insensata a la que ha sido arrastrada”. Imploró “que un nuevo amanecer de esperanza despunte pronto sobre esta terrible noche de sufrimiento y de muerte. Que se elija la paz. Que se dejen de hacer demostraciones de fuerza mientras la gente sufre”.
Francisco que “en medio del dolor de la guerra no faltan también signos esperanzadores, como las puertas abiertas de tantas familias y comunidades que acogen a migrantes y refugiados en toda Europa”.
También deseó “que estos numerosos actos de caridad sean una bendición para nuestras sociedades, a menudo degradadas por tanto egoísmo e individualismo, y ayuden a hacerlas acogedoras para todos”.
Pidió por la paz del mundo
Pidió también paz para Libia, “para que encuentre estabilidad después de años de tensiones”; y para Yemen, “que sufre por un conflicto olvidado por todos con incesantes víctimas, pueda la tregua firmada en los últimos días devolverle la esperanza a la población”.
Esta misma petición de reconciliación llega a “Myanmar, donde perdura un dramático escenario de odio y de violencia” y a Afganistán, “donde no se consiguen calmar las peligrosas tensiones sociales, y una dramática crisis humanitaria está atormentando a la población”.
El pontífice puso su mirada en algunos puntos del continente africano marcados por ataques terrorista y los conflictos, en la zona del Sahel, Etiopía, República Democrática del Congo y la parte oriental de Sudáfrica donde han sufrido unas graves inundaciones. También pidió por América Latina y por quienes, allí, “en estos difíciles tiempos de pandemia, han visto empeorar, en algunos casos, sus condiciones sociales, agravadas también por casos de criminalidad, violencia, corrupción y narcotráfico”.




